Hace un mes, el 24 de abril, Edwin Peña, hombre de 41 años, fue capturado luego de la celebración por los dos años de una de sus tres hijas. Ayer, 24 de mayo, sus padres, Estela y Roberto Peña, viajaron dos horas desde el cantón La Limonera, en el Bajo Lempa, para defender la inocencia de su hijo, exigir su libertad y denunciar su captura, que consideran injusta, y de otras 18 personas de la comunidad en donde residen.
Edwin, según relató su madre, despierta y se levanta, todos los días, a la 01:30 de la madrugada. Viaja hasta el mercado de Usulután para comprar verduras que luego vende en su cantón y en las comunidades alrededor. Así es como consigue el sustento diario: el de su esposa, sus tres hijas y, además, con la cantidad que reúne, también ayuda a sus padres.
Estela Trinidad Martínez de Peña es una mujer de 78 años. Ella describe que, desde hace 30 días, su familia no logra dormir ni comer por pensar en cómo pasa Edwin sus días encerrado. “Estará vivo o muerto o cómo está. Necesitamos saber de él”, expresa.
Hasta ayer, todo lo que Estela y su familia conocían de la situación de Edwin es que está enfermó, por los síntomas, de una gripe severa. “Creemos que es COVID-19, porque ahí (dentro del penal) dicen que hay contagios tremendos”, relató, sobre la base de las conversaciones que sostuvo con los familiares de otras personas detenidas, el día en que ella y el resto de familias llegaron al centro penal La Esperanza, conocido como Mariona, a dejar medicamentos a sus parientes.
Video: EDH.
Con lágrimas en los ojos, Roberto Peña, de 67 años, confesó estar molesto con la medida que impulsó el presidente Nayib Bukele al ordenar a los policías que, sin presentarles una sola prueba, llegaran a las comunidades a capturar a personas como lo hicieron con su hijo. “Los agentes solo reciben órdenes, aunque hay algunos mal intencionados, sabemos que solo siguen una orden de los que están arriba”, reflexiona.
Estela y Roberto están desesperados por que le devuelvan la libertad a su hijo, “Somos una familia de recursos económicos muy bajos”, comentó ella. Ambos pidieron prestado dinero para pagar los gastos diarios, desde que Edwin no está con ellos. La familia Peña forma parte de los 26.2% de hogares que viven en pobreza, según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) del 2020, publicada por la Dirección General de Estadística y Censos (Digestyc).
Las familias, de quienes fueron capturados, buscan todo tipo de pruebas y ayuda para comprobar la inocencia de sus parientes detenidos. Una de las alternativas de Estela fue pedirle a un médico, que conoce a su hijo porque juegan fútbol juntos, una carta en la que explica que tiene diez años de conocerlo y que, desde entonces, sabe que es un hombre honrado.
“Otro día más sin mi hijo”
Desde que su hijo fue capturado, hace 30 días, Estela despierta a diario con la incertidumbre y preocupación de no saber nada de su hijo. Esto le causa no solo la inquietud de cómo solventar los problemas económicos; también los emocionales.
“Me siento acongojada, atribulada”, reconoció. Además, dijo que, físicamente, la situación por la que atraviesa es desgastante, sobre todo porque ya es una mujer de la tercera edad. “No estoy alimentándome como debo alimentarme porque me falta el respaldo de mi hijo”, explicó.
“Con el régimen de excepción nos están matando”, sentenció Estela, en alusión a todas las situaciones que pasa como consecuencia de la captura de su hijo. Ella mencionó que, desde hace 42 años, es evangélica y que da la cara por su hijo, Edwin, porque sabe que es inocente: “Si supiera que mi hijo anda en malos pasos, no andaría aquí”, dijo.
En el cantón en donde vive Estela hay 90 hogares y, con las detenciones arbitrarias, han afectado a 86 familias con la captura de 19 hombres que, en sus palabras, “son personas honradas”.
Por otro lado, señaló que si el presidente dice que es evangélico: “le pida a Dios para entender el daño que nos está haciendo”, como lo hizo cuando se presentó el 09 de febrero del 2020, escoltado por soldados de la Fuerza Armada, para sentarse en la silla del presidente de la Asamblea Legislativa y pedir sabiduría y paciencia a Dios.