No solo en los grandes supermercados se percibe el encarecimiento de los alimentos. También las tiendas de las colonias venden las verduras, las bebidas, las carnes y los cereales más caro que hace unos años. Pero el incremento en el precio de los alimentos ha sido algo que se ha dado paulatinamente, a partir de varios factores mundiales. No obstante, lo que actualmente vive el país no se había visto en los últimos 20 años pues el precio de la Canasta Básica de Alimentos es cada vez más alto.
En 2001, la canasta básica de alimentos tenía un precio debajo de los $100 en la zona rural y en la zona urbana costaba, en promedio, $125. Esa realidad ahora se quedó muy atrás. En 2021, tal como lo indica el gráfico, la canasta básica superó los $200 en la zona urbana, y para marzo de este año ya tiene un precio de $220. Es decir, aumentó 76 % respecto a lo que costaba en 2001.
Ese número influye en las decisiones de los compradores al visitar el mercado. Cuando Maura Anzora visita el mercado de Santa Tecla, en La Libertad, se abstiene de comprar la cantidad de productos que compraba hace un año pues, a su criterio, en los últimos meses, la situación se ha agravado.
“No se puede comprar todo lo que se compraba antes con el mismo dinero. Lo que yo hago es que compro menos producto de todo porque no se puede evitar comprar carnes o cereales. Hay varios de estos productos que son indispensables en nuestros hogares”, dijo.
Ella trabaja como empleada en una unidad de salud en el mismo municipio. Y la realidad de Maura no es diferente a la de muchas familias que frecuenta por su trabajo.
“Todas las personas que visito por mi trabajo también dicen que esto de la comida está demasiado caro. Imagínese que antes con $100 se compraban varias cositas, ahora no alcanza casi para nada”, dijo.
Los precios de las canastas de bienes y servicios se miden por medio del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Pero una cosa es el porcentaje de IPC en la canasta de bienes y servicios en general, y otro es cuando se desglosa dicha canasta. En El Salvador, el alimento tiene uno de los porcentajes de incremento más altos, esto debido a que ha sido uno de los rubros más afectados en el país tras la inflación mundial (aumento en los precios de los bienes y servicios).
“El mercado está con bastantes riesgos de abastecimiento. El gobierno debería hacer algo para evitar el impacto de estos precios en la población”, explicó el economista Rafael Lemus.
Una de esas decisiones que el gobierno podría tomar para hacerle frente al encarecimiento de los productos y servicios es establecer un programa de ingreso básico garantizado para los salvadoreños, agregó el economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Ricardo Castaneda.
“El dinero destinado para el Bitcoin hubiera servido para establecer, por ejemplo, un programa de ingreso básico garantizado para las poblaciones más vulnerables porque al final de cuenta el Estado, lo que debería de buscar es mejorar las condiciones de vida de toda la población, pero especialmente de los grupos más vulnerables”, explicó.
También: Hay escasez de leche para bebés en Estados Unidos por crisis de suministros
A su criterio, una de las fallas más grandes de este gobierno en torno a la economía es que no ha tenido una política social definida.
“Si uno revisa los distintos programas sociales que son los que permiten a las personas mejorar sus ingresos, especialmente de los grupos más vulnerables, se ha ido reduciendo y en algunos casos las ejecuciones (presupuestarias) han sido bajas. Entonces, este debate del aumento de precios tiene que verse en un contexto mucho más amplio, en contexto de pérdida del poder adquisitivo de la población”, dijo.
El salario mínimo de la población es de $365 en promedio. Y la canasta básica de alimentos es de $220. Es decir, consume dos mitades del salario.
Algunos de los alimentos más caros actualmente son los huevos. Según un informe del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), los precios del huevo tuvieron un alza del 74% y el 78.11%. En mayo del año pasado (2021), el cartón de huevos costaba $2.33, mientras que este año $4.15. El tomate también ha tenido incrementos superiores al 81 % en su precio.
Lea más: ¿Qué es el "criptoinvierno" y por qué los inversionistas le temen?
El porqué de los incrementos
El aumento en los precios de los productos tiene relación con la inflación mundial y con los incrementos en el precio del petróleo.
A raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la producción de petróleo se ha visto mermada y eso ha sumado a la crisis de suministros que también comenzó a mediados del año pasado, lo cual ha tenido impacto en, básicamente, todo el mundo.
En El Salvador, la crisis ya está anunciada. La producción de granos básicos de este año tendrá una reducción del 29.53 %, según las proyecciones que la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo). Uno de los granos básicos con mayor reducción para 2022 es el maíz, alimento básico en la alimentación de los salvadoreños.
A criterio de los agricultores, si el gobierno no apoya al sector agropecuario podría haber próximamente una crisis alimentaria. “Consideramos que los granos básicos, en los últimos 7 gobiernos, han sido desatendidos. Este gobierno no es la excepción”, expuso el presidente de la asociación, Luis Treminio, a inicios de mayo.
A criterio de Treminio, los granos básicos garantizan la alimentación de los salvadoreños, por lo que en reiteradas ocasiones los agricultores han pedido al gobierno que intervenga en el problema económico que enfrentan. Pero la falta de voluntad política, a su criterio, es la que ha profundizado el desabastecimiento de los alimentos.
Según el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), más de 900,000 personas en El Salvador estarán en crisis o emergencia de inseguridad alimentaria hasta mayo de este año.
Para estos meses, la institución ha proyectado que en doce de catorce departamentos que tiene el país, habrá una “fase acentuada” de inseguridad alimentaria. Mientras que en Morazán y Ahuachapán, ya hay una situación de crisis.
“Se plantea un escenario de alza estacional de los precios de granos básicos, principalmente en abril y mayo cuando la demanda de los hogares aumenta y la oferta en los mercados disminuye a la espera de la cosecha de primera; asimismo, se reduce la reserva de alimentos a nivel hogar”, explica el estudio.
Una encuesta de opinión de la Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de El Salvador publicada a inicios de este año indica varias aristas en torno a los incrementos en los alimentos en el país: según investigaciones previas, el efecto especulativo por el incremento del salario mínimo es uno de las situaciones que ha hecho que los precios aumenten. También, la variación de precios de los derivados del petróleo. Asimismo, la crisis de contenedores que mantiene varadas las materias primas de los alimentos y otros productos; por último, la disminución de oferta de algunos productos básicos como efecto de las medidas para frenar la covid-19 en las fronteras terrestres.
De 1,100 encuestados en el estudio universitario, el 76.7 % respondió que destina un aproximado de $250 al mes para la adquisición de los bienes y servicios de la canasta básica. El 95 % dijo que le consta el alza en los precios de los bienes y servicios que consumen en sus hogares.