En Shanghái y otras ciudades de China el régimen está imponiendo draconianas medidas para controlar el covid, lo que ha llevado a sacar por la fuerza a personas de sus viviendas, aunque no se dice si están o no vacunadas, para concentrarlas en campos de detención, antes conocidos como “campos de concentración” que tanto nazis como estalinistas montaron para meter en ellos tanto a judíos como a disidentes políticos.
Es lo mismo, mutatis mutandis, que está haciendo el régimen en nuestro suelo con los que captura aunque no haya reales evidencias de que han cometido delito alguno o estén asociados con pandillas: si el policía o el soldado así dispone, no hay argumento ni prueba que valga, lo que ha causado que niños de doce, trece y catorce años caigan en esas infames redadas.
¿Qué porvenir puede esperar a un menor de edad a quien por la fuerza meten en lo que son escuelas del crimen, de donde saldrán convertidos en delincuentes sin futuro, expuestos a lo peor?
Lo del covid es una herida causada por el mismo régimen, que censuró y acusó de “propagar falsos rumores” al médico que señaló el gravísimo peligro de un virus escapado de un laboratorio, un centro donde individuos literalmente juegan con dinamita al crear virus capaces de matar a millones de personas, macabros experimentadores que igual como con el coronavirus pueden revivir el de la peste bubónica, que en el siglo XIII de nuestra era acabó con la tercera parte de la población de Europa.
En estos tiempos nadie está a salvo de virus no controlados, como el Ébola, que está causando muertes en África y que solo puede atacarse acordonando las áreas donde afecta personas, pero siempre quedan las macabras posibilidades de un médico o persona que, pese a creerse libre del virus no estándolo, viaja al exterior.
Aquí sigue la fiesta: nueva compra de bitcoins con dinero público
Los encierros acarrean sus consecuencias, siendo la más grave de ellas la parcial paralización del puerto en Shanghái, que afecta el suministro de bienes producidos en China a los países que los reciben. El grave resultado es que hay tres factores en este momento que golpean el abastecimiento de bienes y alimentos al mundo, a saber:
—el primero fue el atascamiento del buque Evergrande en el Canal de Suez, lo que no se sabe si fue “por casualidad” o un sabotaje perpetrado por iraníes o grupos malévolos.
Los containers que cargaba el Evergrande son unos, pero se afectó todo el tráfico de buques y sus containers por esa vía;
—la agresión a Ucrania y el robo por los rusos de centenares de miles de toneladas de granos va a golpear seriamente a países del golfo y África que dependen de ellos para alimentarse. El ataque literalmente fue un grave paso en falso; al criminal envenenador Putin “el tiro le salió por la culata”;
—los containers atascados en el puerto de Shanghái son parte de esa cadena de abastecimiento.
La cadena de alimentos, de partes para equipos y vehículos, lo que requiere la agricultura para prosperar y especialmente después del golpe sufrido a causa de la compra de cereales a traficantes de Sinaloa, todo ello afecta tanto el bienestar general como la llamada “seguridad alimentaria”, disponer a lo mínimo para que la población no sufra graves penurias, más después de los despilfarros del régimen con el dinero de todos, el dinero recaudado de los impuestos y cuyo último uso fue la compra de más bitcoins...