La agencia calificadora Moodys' empeoró el miércoles la calificación crediticia de El Salvador al bajarla a Caa3 desde Caa1 debido a que existe un mayor riesgo de que el país no logre pagar las deudas que tiene con inversionistas a nivel internacional.
La nueva nota, que está a tan solo un peldaño del impago, ocurre en un momento en el que la situación de las finanzas del país se encuentra delicada, debido a la fuerte deuda pública acumulada y la falta de un acuerdo de asistencia financiera con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“La decisión de Moody’s de bajar las calificaciones de El Salvador refleja una mayor probabilidad de un evento crediticio (reestructuración, canje en dificultades o incumplimiento) con una gravedad relativamente alta, ya que el soberano enfrenta un cronograma desafiante de amortización de deuda con vencimientos de bonos en 2023 y 2025 en un contexto de continua tensión de financiación y necesidades de financiación persistentemente elevadas”, indica el documento.
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La agencia agrega que “la perspectiva negativa de la calificación Caa3 refleja la opinión de Moody’s de que, en caso de incumplimiento, las pérdidas para los inversionistas podrían superar las típicamente asociadas con una calificación Caa3”, señala el comunicado de la calificadora.
Asimismo, señala que “la capacidad de pago de El Salvador se ve comprometida por un costo de financiamiento extremadamente alto”, esto debido a que con el elevado perfil de riesgo, el país se enfrenta a poco acceso a deuda externa, la cual podría ser adquirida pero con intereses demasiado altos debido a la misma calificación crediticia.
Moody's ya había rebajado la calificación del país en julio de 2021, casi tres meses después de que el gobierno tomara el control del órgano Legislativo y del Judicial a través de la destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional y del Fiscal General.
Esas acciones afectaron de inmediato el perfil de riesgo del país en los mercados internacionales debido a que representan un debilitamiento en la institucionalidad del país y, por ende, un mayor riesgo de impago.
En días anteriores, el ministro de Hacienda salvadoreño, Alejandro Zelaya, afirmó que el gobierno no ve riesgos de caer en impago, algo que ha sido secundado por el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Douglas Rodríguez.
Sin embargo, las calificaciones de agencias como Moody's y Fitch Ratings reflejan lo contrario, y esta última, de hecho, rebajó la calificación de la deuda soberana del país a CCC el 9 de febrero, fecha en que se cumplieron 2 años desde que el presidente Nayib Bukele irrumpió en el Salón Azul de la Asamblea Legislativa y rodeado de militares.
En el informe de Fitch, donde destacaba la rebaja de la calificación desde B-, la calificadora señaló que la concentración del poder que ha acumulado Bukele desde el año pasado es un factor clave en esa baja calificación.
Asimismo, agregó que la alta dependencia que tiene el gobierno de la deuda a corto plazo a través de la colocación de Certificados y Letras del Tesoro (Cetes, Letes) han sumado más a ese riesgo de caer en impago.
Ese impago que mencionan las calificadoras se refiere específicamente al vencimiento del pago de $800 millones que el país debe asumir a más tardar en enero de 2023, algo que según economistas locales consultados en semanas anteriores, debe conseguirse a más tardar en septiembre.
No obstante, a raíz de un déficit fiscal que han reflejado las calificadoras, la única opción que tiene el gobierno es encontrar fuentes de financiamiento externo para pagar esa deuda.
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En este punto, otro aspecto que entra en juego es el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés), el cual ha alcanzado niveles históricos en las últimas semanas y que coloca al país como el segundo con mayor puntaje en toda Latinoamérica, solo por detrás de Venezuela.
Lo reflejado por el indicador EMBI también ha sido visto de menos por el ministro Zelaya, quien en una entrevista televisiva el pasado 2 de mayo afirmó que “el indicador está deformado, alguien está midiendo mal o no sirve".