Los efectos del golpe a la independencia judicial se han sentido a lo largo de todo el año, afirma el magistrado destituido Carlos Sergio Avilés.
“Se desmonta de tajo el sistema de frenos y contrapesos, se produce una concentración de poder que es contraria al diseño constitucional, se desbarata el carácter republicano de nuestra forma de gobierno”, explica el exmagistrado.
Para Avilés, el sistema de gobierno de El Salvador ha regresado a la época colonial, cuando la región dependía de la corona española.
“Se aniquila el estado constitucional de derecho. La norma constitucional pierde su supremacía, su fuerza actuante se relega a su mera existencia formal eso nos hace retroceder casi 200 años”, ilustra.
“Implica que la distribución orgánica de funciones está inhabilitada en este momento porque todas las funciones las ha absorbido un solo órgano. Peor aún: se desmantela la garantía de la protección de derechos fundamentales, la garantía y la tutela efectiva”, abunda el exfuncionario.
Pero los efectos no acaba ahí, asegura, pues el proyecto político del presidente Bukele implica una reforma a la Constitución de 1983, la cual se haría sin los contrapesos necesarios.
“Lo más graves es que en medio de este contexto está en marcha un proceso de reforma constitucional, se han aprobado dos regímenes de excepción, se está politizando el uso de la Policía y la Fuerza Armada, se está militarizando la seguridad pública, se está reviviendo un militarismo al margen de su margen constitucional sin perspectiva de derechos humanos que evoca los episodios más oscuros de violación de derechos humanos del pasado”, concluye el exmagistrado destituido el 1 de mayo de 2021.