Son muchas las mujeres que llegan a la calle que conduce al penal de Izalco desde distintas partes del país para obtener algún tipo de información sobre sus familiares. Santa Ana, Quezaltepeque, Usulutan, Soyapango y más son los lugares de los que vienen las mujeres cargando con bolsas o mochilas con ropa y productos de higiene para sus familiares detenidos durante el régimen de excepción decretado por la Asamblea Legislativa de Nayib Bukele.
"Vimos la noticia que ayer sacaron a algunos de los detenidos, por eso nos hemos venido nosotras, primero Dios hoy salga mi hijo" comentó una de las presentes. La mayoría de las presentes están en el sitio desde el jueves pasado, escucharon el rumor que podían quedar libres, así que no duraron en llegar, desde entonces viajan todos los días hasta el lugar.
Ese es el caso de Esther y 6 mujeres más que viajan todos los días desde San Salvador hasta Izalco en bus o pidiendo "ride". Esther y sus vecinas viven en la comunidad Nueva Israel, ellas comentan que desde que comenzó el régimen de excepción han sufrido acoso departe de las autoridades desde que se llevaron a sus esposos, hijos y hermanos.
"Desde que comenzó esto tenemos más miedo de los policías y soldados que de los otros (pandilleros) porque ellos golpean, maltratan y una no puede hacer nada". Luego de decir esto, toma sus cosas y comienza a caminar a la terminal para tomar la ruta 205 que llega después de 1 hora y 20 minutos hasta el desvío de Izalco donde deben de pedir "ride" o preguntar a los taxistas del punto si les hacen alguna oferta por ser clientes frecuentes.
"Nosotros sabemos la situación de ellas, en mi colonia se han llevado a gente que nada que ver, así que las comprendo, por eso les hacemos precio", comentó un taxista en el desvío de Izalco. "Si no les hago precio les tocaría ir hasta la terminal y agarrar 4 buses más. Así llegan rápido, aunque vayan apretadas", agregó.
Al llegar hasta el inicio de la calle que lleva al penal de Izalco, Esther y las demás se unen al grupo de más de 100 mujeres que esperan tener algún tipo de información.
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Preguntas sin respuesta
¿Qué fase saldrá ahora?, ¿Cuántos van a salir?, ¿Mi hijo está acá?, ¿Han golpeado a mi hijo?, ¿Mi hijo es el muerto que anunciaron?, son algunas de las preguntas que hacen las mujeres a un policía que pide a los medios no documentar el evento. "Si están tomando fotos no les digo nada a ellas" comenta el policía con una sonrisa en su rostro. A lo que la multitud pide no tomar fotografías, luego que el policía se retira, muchas se acercan a pedir a los medios que se queden, que las ayuden a mostrar lo que están pasando.
"¿Por qué nos humillan de esta manera?", dice una de las mujeres presente. "Nosotras estamos acá sin comer, aguantando hambre, no es justo esto que estamos pasando. Nos ha tocado gastar en pasaje, en los kits de alimentos, en abogados que ni conocen los casos de nuestros familiares. A mí no se me olvida el policía que se llevó a mi hijo diciendo "Que vaya a probar este que es estar allá (penal)" no es justo" comentó otra de las mujeres en el lugar.
Algo a señalar en el punto es el aumento en las ventas. Justo donde se encuentran las personas esperando hay dos tiendas, que se han visto beneficiadas. También hay vendedores ambulantes de pan francés, elotes asados, pan dulce, y demás que han aprovechado la oportunidad de incrementar sus ingresos.
Retorno
Llegada la noche, un policía se acerca y dice los nombres de 4 detenidos que saldrán libres, pero aún sabiendo que solo quedaran libres cuatro, las decenas de mujeres se quedan esperando para saber si los detenidos tienen una forma de irse a sus casas. "Ayer no tenían cómo irse para sus casitas, mejor esperamos, pobrecitos" comentan entre ellas.
No fue hasta que llegó la lluvia que todos los presentes se dispersaron y se cubrieron con bolsas negras, mochilas, sus bolsos, o debajo de las tiendas del sitio. "Pasando agua y sol, así nos toca, pero no podemos perder la fe de que uno de estos días van a salir nuestros familiares" decían entre ellas.
Al ver que los policías se retiraron del lugar y ya no tener ninguna señal de que se liberen más detenidos, las personas buscan cómo salir del lugar compartiendo algún transporte de la zona entre varias para poder cancelar la cuota del viaje, otras mejor deciden quedarse en el lugar, durmiendo en donde sea con tal de estar pendiente de sí su familiar saldrá al siguiente día.