El término “Teología Política” aparece por primera vez como una división que los antiguos griegos y romanos hicieron de la forma en que ellos discernían debería ser su relación con los dioses. Marcus Terentius Varro (116 antes de Cristo – 27 después de Cristo) señala en sus escritos tres ramas diferentes de la teología antes de Cristo: 1) Teología mítica, 2) Teología natural y 3) Teología política. Según los romanos, la teología política era aquella en que los ciudadanos, especialmente los que estaban encargados de conocer y seguir a los dioses, deberían determinar a quiénes de estos venerar y qué clase de sacrificios tributar. Es decir, era una forma de hacer política para tener agradados a los dioses.
J.B. Metz (1928-2019), conocido como el Padre de la Teología Política Moderna, hace su aporte con un nuevo concepto de esta rama de la teología, que nace en Alemania, después del “silencio generalizado del mundo ante los horrores de Auschwitz” y ante la afirmación: “¡Ya no es posible la poesía después de Auschwitz” o la dolorosa pregunta “¿En dónde estaba Dios durante Auschwitz?”.
En su definición más sencilla J.B. Metz define la Teología Política como “la intención que la palabra cristiana llegue a ser una palabra socialmente eficaz, a través de la iluminación de las consciencias y sobre todo de su transformación”. Admitiendo que “el término es ambiguo, se presta a múltiples malentendidos y está gravada por recuerdos molestos de la historia…”. Desde esa fecha a la actualidad el concepto ha pasado por significados poco-comprendidos hasta definiciones claramente malinterpretadas.
Como Teología Política no nos referimos a los pastores o clérigos que dejan su vocación por convertirse en políticos. De ninguna manera, eso puede tener otro nombre, pero no es Teología Política. Ejemplos de Teología Política lo vemos cuando el pasado 24 de febrero, día de la invasión de Ucrania, el Papa Francisco humildemente, pero con gran determinación como ya es característico en él, se presento a la embajada rusa en el Vaticano para reclamar por las víctimas y demandar se respete la Paz. También, lo es el hecho que el Papa Francisco designó a 10 días de iniciada la invasión, a dos de sus Cardenales, para poder mediar en el conflicto y lograr la paz en corto tiempo.
De igual manera el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Cirilo, ha oído el clamor de muchos hombres de fe de Occidente y ha pedido al gobernante de su país que respeten la vida y seguridad de los civiles que se encuentran en medio del conflicto. Aun cuando la Iglesia y el Estado están separados por aspectos constitucionales, la relación entre ambos ha sido muy buena en el pasado.
Otro ejemplo de Teología Política, lo realizó el Pastor de la Iglesia Reformada, Dr. Martin Luther King Jr., exigiendo un trato justo para los afroamericanos en Estados Unidos en la década de los 1950 y 60, antes de su muerte en 1968. Movimiento que fue semilla germinativa para la búsqueda de un trato justo e igualitario a las personas de color.
La figura de Karol Wojtyla cuando fungió como Juan Pablo II y abogó largamente para la abolición del comunismo y la consecución de un mundo justo y en paz, es uno de los ejemplos más claros de Teología Política durante la Guerra Fría. Efecto que hoy vemos reflejado en “la iluminación de las consciencias y sobre todo de su transformación” y que se capitaliza como la ayuda incondicional que el pueblo Polaco, brinda a los refugiados Ucranianos.
En términos generales, cuando los seres humanos no logran solventar sus necesidades buscando las respuestas en la política de este mundo, se vuelven a una búsqueda más allá. Y en este contexto se deberían encontrar con los representantes de la Iglesia, que fungen como delegados de Dios, es decir surge la Teología Política.
Doctor en Medicina y en Teología