Para el experto en política internacional, Napoleón Campos, es claro que el gobierno de Nayib Bukele no tiene una estrategia internacional diseñada para avanzar los intereses de El Salvador.
Por el contrario, cree que hay improvisación y una serie de acciones que sirven como “propaganda del presidente en escenarios internacionales”.
Ejemplos de ello, afirma, son decisiones erráticas como haber socavado el vínculo con los Estados Unidos producto de conductas antidemocráticas. Estas además pueden debilitar los nexos con otros aliados, como los miembros de la Unión Europea, así como Canadá, el Reino Unido y otras democracias.
Puede interesarte: El Salvador se abstiene junto a Cuba, Irán y Nicaragua de condenar a Rusia en Naciones Unidas
Otro aspecto que le resulta incomprensible es la abstención de condenar los crímenes de guerra que las tropas rusas han cometido en su invasión a Ucrania, ordenada por Vladimir Putin.
También considera que la Ley Bitcoin fue un profundo desacierto que amenaza la confianza que El Salvador tiene hacia el exterior, particularmente por el riesgo de que se empodere a actores ilegítimos y a personajes involucrados con el crimen organizado. Y con respecto a este punto, considera un profundo golpe a la imagen del mandatario no haber podido presentarse en la conferencia de Bitcoin en Miami, donde había prometido participar como una “súper estrella”.
“Si solo puede ir a Turquía, eso le dice mucho. Si ni siquiera va a un evento tan sonoro donde él iba a ser una estrella bitcoiner eso le dice mucho. No hay política exterior a tres años de la presidencia”, lamenta.
Nota relacionada: Reformas y medidas amenazan derechos de la niñez, libertad de expresión y debido proceso, dice informe de Human Rights Watch
Mal equipo de política exterior
Además de las decisiones del presidente, Campos destaca que su equipo a cargo de liderar la ejecución de la política exterior ha mostrado grandes deficiencias.
A siete semanas de que Nayib Bukele cumpla tres años en el poder, el experto en diplomacia observa que no hay una ministra de Relaciones Exteriores que le hable al oído al mandatario y tenga una influencia técnica, que la embajadora en Estados Unidos no es tomada en serio y no se reúne con altos dignatarios ni legisladores, y que no ha habido “derroches de dignidad” de diplomáticos que renuncian por las decisiones erráticas o antidemocráticas del gobierno.
También: Craig Wright: El Bitcoin es una terrible inversión para los salvadoreños
Por el contrario, cree que “hay una pérdida de institucionalidad y todo ha sido subordinado a las visiones cada vez más personales y particulares del presidente sobre el mundo y la política internacional”.
Por ello, Campos considera que “tocará en algún momento, cuando se reconstruya la democracia, reconstruir también los vínculos de confianza con los aliados estratégicos de El Salvador”.