Estimados amigos costarricenses:
Acaban de elegir presidente. Felicidades. Aunque con alta abstención, otra vez son ejemplo para el resto de la región. Celebraron nuevamente una elección limpia, pacífica y sin reclamos de fraude.
Ojalá que su democracia siga siendo tan ejemplar. Veo algunas señales de alarma que me causan cierta duda. Ojalá que su país quede exento de las enfermedades de populismo y antipolítica del resto de sus vecinos al Norte.
Según el New York Times, ustedes eligieron con Rodrigo Chaves a un hombre que “se presentó como un outsider y maverick (disidente), quien explotó hábilmente el descontento popular con el establishment político”. Esto en sí no es un indicio de que será un populista que va a atentar contra las instituciones democráticas. Puede ser un reformista que va a promover los cambios necesarios sin tocar las reglas republicanas de la división de poderes.
Pero el reportero del NY Times señala además, y no es el único, que Chaves “ha prometido sacudir (shake up) el sistema político de la nación más estable de Centroamérica”. Bueno, conociendo la experiencia de El Salvador, esto suena como algo peligroso. Sobre todo cuando además muchos han observado en Chaves un discurso amenazante: “Denunció a los partidos tradicionales del país, la empresa privada y los medios. Y juró que en los asuntos políticos importantes va a circunvalar (bypass) con plebiscitos al parlamento y otras instituciones democráticas”.
La esencia del juego democrático es que las decisiones, sobre todo las de importancia estratégica, se tomen como resultado de una concertación, tomando en cuenta los puntos de vista e intereses de los demás partidos y fuerzas sociales. Y un presidente, como es el caso de Rodrigo Chaves, tiene que gobernar sin mayoría legislativa, la tentación de ir por la vía populista (referéndum) y no por la institucional (concertación) es grande.
No tengo indicios de las reales intenciones del presidente que eligieron. No sé cómo va a gobernar. No sé cómo va a reaccionar cuando sus propuestas no encuentren mayoría en el Congreso. No sé si en este caso Chaves va a emplear un discurso incendiario y aprovechar las frustraciones de la población para promover actitudes antipolíticas como ha pasado en El Salvador con Nayib Bukele. El problema es que ustedes tampoco lo saben. Se decidieron por un experimento con un outsider y nadie conoce el desenlace...
Eso significa que tienen que tener mucho cuidado y ser muy vigilantes, tanto los partidos opositores como la sociedad civil y los medios. No pueden confiar en las palabras de Chaves, como cualquier presidente recién electo: “Voy a ser el presidente de todos. Voy a buscar la concertación con todos. Olvídense de lo que dije antes, las campañas son así”...
Uno no puede vivir en Centroamérica, con tan malos ejemplos de populismo autoritario en los países vecinos, y simplemente confiar que su propia democracia es inmune. Ninguna democracia es inmune, como todos aprendimos de Trump, Bolsonaro y Bukele.
No escribo esto para atacar al recién electo presidente de Costa Rica. Sólo digo que tomen ventaja de la envidiable cultura democrática de su país para tener activada una ciudadanía despierta, vigilante y, cuando sea necesario, combativa. No esperen activarse hasta cuando sea tarde y las instituciones democráticas estén debilitadas. Si no, les va a pasar como a nosotros en El Salvador.
Saludos, Paolo Luers