Por El momento más complejo, y en el que se decide realmente si un caso es aprobado o no, es en la entrevista, sea ésta de turista, residencia, estudio, trabajo u otra. Como bien dicen algunos agentes consulares, la documentación que presenta el solicitante sirve para reforzar la decisión que se toma en la entrevista. Por eso es tan importante.
Hoy veremos las diferencias existentes entre la entrevista de los dos procesos de inmigración más solicitados: la visa de turista y la visa de residencia.
En cuanto al propósito. Una de las principales diferencias, es la finalidad que se persigue entre una y otra. Respecto a la visa de turista los objetivos son para el caso, asegurarse que el solicitante no será un posible inmigrante, es decir, que de aprobarle la visa de turista no se va a quedar a Los Estados Unidos; que no violará los términos de la visa, por ejemplo, que no irá a trabajar o estudiar si la condición es de turista; y que cumple los requisitos de ley para calificar al visado, entre otros aspectos que evalúa el agente consular.
Bajo este esquema, las preguntas están focalizadas en esas posibilidades, y pretenden detectar indicios negativos como incongruencias, vacíos, contradicciones o mentiras. El formato, por tanto, es más inquisitivo, y por ello se recomienda respaldar la respuesta con documentación que pruebe que lo que se está diciendo es cierto.
La entrevista de residencia en este sentido es bastante diferente. Hay un derecho preexistente en el peticionario de emigrar a su familiar directo, por consiguiente, se sabe de antemano que el beneficiario va a vivir a ese país, que trabajará o estudiará en él, por lo que las preguntas van más enfocadas en la relación existente entre peticionario y beneficiario, sobre todo en los casos de peticiones de esposos, en las que el agente busca establecer que el matrimonio se ha dado de buena fe y no por obtener beneficios de inmigración.
En este caso, la entrevista no es tan inquisitiva, es más bien exploratoria, y busca asegurarse que las condiciones en las que se ha basado la petición familiar, se cumplan. Por ello pueden incluso, suspender esta entrevista y programar una dual (en la que debe comparecer el peticionario) y entrevistarán a ambos –peticionario y beneficiario- sobre la base del mismo esquema de preguntas. En caso de detectar fraude en la entrevista, el caso será rechazado ahí, en la etapa final de proceso, no importando que ya se tuviera la aprobación inicial por parte de Inmigración.
En cuanto al tiempo. La entrevista de turista dura un promedio de 3 minutos, le harán 2 o 3 preguntas, y los documentos de soporte no siempre son revisados por el agente consular; la entrevista de residencia por su parte, es más larga, el promedio anda por los 15 minutos, que pueden extenderse, y aquí es casi un hecho que revisarán su documentación. Es digamos más flexible, pero puede incluso, como decía anteriormente, llegar a tener otra sesión en una nueva fecha. Excepcionalmente esto también puede suceder con la visa de turista, pero en los casos de residencia es más común.
En cuanto a la forma, como ya dijimos, es distinta. En el turista generalmente buscan conocer quién costea el viaje, el tiempo y el propósito del mismo, mientras que en la residencia buscan conocer cómo es el tipo de relación existente entre peticionario y beneficiario, y si las razones que han dado paso a la petición se cumplen. El enfoque no es en sí el beneficiario del visado.
Lo que sí es un hecho, como decía anteriormente, es que en la entrevista se decidirá si la visa le es aprobada o no al solicitante, por tanto, merece un tratamiento especial que incluya preparación, conocimiento de cómo es el proceso, así como conocer las opciones que se tienen en caso la respuesta fuera desfavorable.
Directora COIMSAL
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