Volver a empezar, además de una bella melodía cuyo nombre en inglés es "Begin the Beguine", compuesta por el músico Cole Porter en los años Treinta, también es una excelente película española premiada con un Oscar, que cuenta el regreso de un español a su ciudad de juventud en el norte de España. Salir de España en esos tiempos era más bien por razones políticas, pero para el caso la situación es semejante aunque por otras razones: miles de personas decidieron emigrar de sus países a EEUU, cuya población desde su creación son inmigrantes. Cualquier norteamericano que en su ADN no tiene rasgos de los pueblos que ya existían en EEUU antes de la colonización, son descendientes de emigrantes, lo mismo que aquí: quienes no tenemos genes, aztecas, mayas o pipiles, también somos descendientes de emigrantes de los cinco continentes.
Aquí encontramos salvadoreños que si les coloca un turbante y un dhoti (camisa larga) o a una salvadoreña un sari, un anillo en la nariz y un punto rojo en la frente, pasan desapercibidos en una calle de Mumbai en la India o en Islamabad en Paquistán, o bien unos salvadoreños altos y blancos puestos en Estambul, pasarían como turcos.
Pero el tema crucial de estos días son los millones de personas que en EEUU, después de poco o mucho tiempo trabajando decentemente para ganarse la vida y ayudar a sus familias pero indocumentados, de pronto están confrontando lo que ya sabían que vendría, porque las deportaciones no son nada nuevo, todos los presidentes de los dos partidos han tenido programas de deportación.
Yo viví 30 años en Europa, pero mi intención, nunca fue quedarme y siempre estuve a la espera y buscando oportunidades para volver, convencido de que el lugar donde mejor se vive, es en el propio país. La gran Celia Cruz en su canción, Siento la nostalgia de palmeras, añoraba, "Hasta el día que yo vuelva siempre seré una extranjera".
Hoy y en el futuro el tema urgente es que quienes vuelven deportados, tienen que "volver a empezar" y lo mejor es que lo hagan, agradeciendo la oportunidad que siendo indocumentados pudieron trabajar, seguramente ahorrar y lo mejor para ellos es iniciar un pequeño negocio. Si viene con estudios, experiencia y habla inglés tendrá aún más ventajas.
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Empezar de cero no es fácil, pero es posible, personalmente por razones de estudio y cambiarme de país lo he hecho cuatro veces, siempre viendo hacia adelante y sosteniendo, que "si se quiere se puede".
Después del trago amargo de la deportación, miren y tiren para adelante. No añoren lo que no tienen y que nunca fue suyo, concéntrense en su nueva vida.
Depende de lo que se propongan, lo podrán conseguir pronto, estando claro que "nada es fácil, ni gratis" y si se lo toman en serio, en un par de años agradecerán que los enviaron gratis a su país.
Volver a empezar lo han hecho todos los extranjeros que de todo el mundo llegaron hace tiempo a El Salvador, muchos sin casi nada y como ellos lo puede hacer cualquier salvadoreño que se lo proponga.
Como dice el refrán. ¡No hay mal que por bien no venga! Olvídense del "sueño americano" que quizás durante un tiempo lo fue, pero terminó en pesadilla y comiencen aquí su sueño salvadoreño.
Para los gobernantes lo que está sucediendo a muchas familias salvadoreñas, es un llamado a promover el cambio de paradigma de "sueño americano", crear fuentes de trabajo, pues, como dice José María Aznar, es la mejor política social y promover que la gente, principalmente los jóvenes preparados, realicen aquí su "sueño salvadoreño".
Ingeniero/todo es más fácil y más sencillo con sentido común