La construcción del Aeropuerto del Pacifico continua a pesar del descontento de los habitantes de la zona. Foto EDH/ Cortesía MILPA
Las personas de las comunidades El Condadillo y Flor de Mangle son las que deberán abandonar sus hogares en los que han vivido por décadas. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
Los habitantes de estas comunidades deben desalojar sin una certeza de recibir una indemnización justa o la promesa de una casa, como lo prometieron las autoridades de CEPA. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
Además del drama humano por el desalojo de sus hogares, se suma el daño irreparable al medio ambiente de la zona. Foto EDH/ Cortesía MILPA
Distintas fuentes de agua que se encuentran en la zona se han visto dañadas. Foto EDH/ Cortesía MILPA
Los manantiales de agua que anteriormente atravesaban los terrenos, ahora se encuentran secos. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
A pesar del daño ambiental evidente, las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente no se han pronunciado. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
Según el permiso otorgado a CEPA por Medio Ambiente, el área se catalogó como un nivel bajo de daño. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
Los árboles centenarios de la zona tambien han sido talados por el personal de CEPA. Foto EDH/ Cortesía MILPA
Estos árboles creaban el ecosistema para la fauna característica de la zona. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
Élmer Flores, uno de los mayores defensores de la zona del Condadillo, posa junto al tronco de un árbol centenario talado por la construcción del Aeropuerto del Pacífico. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
Los árboles de gran tamaño tardaron cientos de años y de recursos del suelo para poder llegar al tamaño que tenían al momento de ser talados. Foto EDH/ Cortesía MILPA 
Los habitantes del Condadillo y Flor de Mangle temen que esta práctica continúe y piden que se busque una solución al desalojo y al daño al medio ambiente. Foto EDH/ Cortesía MILPA
Este tipo de paisajes de las fuentes de agua en la comunidad Condadillo ya no son visibles en el lugar. Foto EDH/ Jonatan Funes
Los manantiales dañados eran una de las pocas fuentes de agua con las que contaban las personas de la comunidad El Condadillo y Flor de Mangle, en La Unión. Foto EDH/ Jonatan Funes