Por A solo 12 días de enero, no empiece a desinflarse con los propósitos para el 2025. Si no son exagerados ni extravagantes, seguro que se pueden realizar. ¡Querer es poder! Con frecuencia se confunde “buenos deseos” con “propósitos” y se piensa que será fácil. Pero además del buen deseo, para que de verdad sea propósito, hace falta “fuerza de voluntad y compromiso” consigo mismo. Incluso ponerse una penalidad razonable si no se cumple.
Si su propósito para el 2025 es mejorar su actitud al manejar, ser cortés y preventivo, le advierto que ya no es cuestión de propósito, sino de, “se tiene que”, cumpliendo con la nueva lista de multas por las irregularidades a las que estamos acostumbrados. Me alegrará que en poco tiempo apliquemos más gente los buenos hábitos de respeto mutuo para no ser multados. Si revisa, es lo mismo que hace unos años con el cinturón de seguridad. Hoy nos lo abrochamos antes de arrancar como un reflejo espontáneo.
Y si lo que se propuso es “ser puntual” en sus citas personales y profesionales y ya no disculparse explicando que “había mucho tráfico”, esté claro que nadie le cree, porque “mucho tráfico” hay desde las cinco de la mañana hasta las nueve de la noche. Si de verdad quiere ser puntual, su propósito debe ser, salir mínimo media hora más temprano del tiempo teórico para llegar.
Bajar de peso, es otro propósito después de los excesos con la comida y el vino en Navidad y Año nuevo. Observo en el gimnasio que desde los primeros días del 2025, nuevas personas han iniciado rutinas de ejercicio para reducir el peso y está muy bien, pero cuando se dan cuenta que bajar de peso requiere disciplina y compromiso, empiezan a desanimarse y a buscar justificaciones. Por ejemplo, no es mucho lo que ha subido, quizás con unas semanas a dieta será suficiente, o bien, que para su edad no se ve mal, o que al final, para que tanto esfuerzo, si la gente de su entorno ni lo notará.
Revisando sobre los propósitos más frecuentes para el 2025 encontré: Mejorar la alimentación, comer más frutas, verduras, proteínas y granos. Dormir entre 7-8 horas para mejorar la salud física y mental. Reducir el estrés, aprendiendo y practicando técnicas de relajación, la meditación, yoga o la respiración profunda. Beber más agua y reducir las bebidas azucaradas. Evitar el sedentarismo, caminar más, subir escaleras o hacer estiramientos. Dejar de fumar, para mejorar la salud pulmonar. Limitar y alejarse del alcohol. Cuidar la salud mental y bienestar emocional, leer, socializar o practicar hobbies. Visitar al médico para chequeos preventivos, análisis y exámenes de salud. Practicar la gratitud para mejorar el bienestar emocional y la salud mental. Fomentar las relaciones sociales, dedicando tiempo de calidad con familiares y amigos. Adoptar una mascota para cuidarla y protegerla, asumiendo y cumpliendo con los requerimientos de alimentación, cariño, salud, tiempo y el espacio que requiere la mascota. Aprender un idioma nuevo. Aprender las aplicaciones de la inteligencia artificial. Ahorrar para realizar un viaje a un país lejano. Reconciliarse con los padres y familiares. Realizar una operación especial económica y financiera. Curarse de una enfermedad y recuperar la salud. Cancelar las deudas adquiridas pendientes. Continuar diversificando la polivalencia profesional o realizar una maestría.
Lo más importante, para que los buenos deseos se conviertan en propósitos y estos en realidades, es entender que primordialmente se trata de un proceso mental estructurado en tres fases:
1. Entender y aceptar la necesidad.
2. Aprender cómo hacerlo.
3. Ejercitar el nuevo hábito intencionadamente hasta que se convierta en espontáneo. Y estar claro de que cambiar malos por buenos hábitos requiere auto-motivación, fuerza de voluntad y disciplina, pues al final los nuevos hábitos son nuevas conductas beneficiosas, para una mejor salud física y mental y mejor calidad de vida.
Ingeniero/
Todo es más fácil y más sencillo con sentido común.