Por La teoría del “cisne negro” es un ejercicio metafórico que intenta describir un suceso sorpresivo (para los observadores), de gran impacto político, social o económico y que, una vez pasado el hecho, se intenta racionalizar utilizando la retrospección, para descifrar lo predecible o explicable. Este modelo fue desarrollado por el pensador libanés Nassim Taleb (2007).
Un fenómeno de “Cisne Negro” implica tres variables: 1) El desproporcionado papel de alto impacto, difícil de predecir, fuera del ámbito de las expectativas normales científicas. 2) La limitada computabilidad o probabilidad de ocurrencia. y 3) Los sesgos psicológicos individuales y colectivos frente a la incertidumbre.
Los cisnes negros son raros pero existen (Black swan, Cygnus atratus)…; si se analizan los datos con apertura, creatividad e imaginación no hay sorpresas, de hecho muchos sistemas de inteligencia previnieron los ataques a las Torres Gemelas de New York o la pandemia del SARS-Cov19. Los que no existen son los “Cisnes verdes”, hechos o sucesos que parecen absurdos, pero pueden suceder.
En septiembre de 2020 publicamos en Disruptiva.media dos artículos polémicos: “Las cartas están echadas” y “NI y Gana podrían llegar a tener hasta 70 diputados”. Los mejores analistas del país nos criticaron y argumentaron con sus datos y fórmulas que estábamos equivocados… Posteriormente, el 24 de octubre de 2024 publicamos: ¿Trump o Harris…? Las cartas están echadas; pronosticamos el triunfo electoral de Donald Trump en un escenario de alta incertidumbre. No adivinamos el futuro, sino que analizamos todos los datos con las herramientas adecuadas, como diría John F. Kennedy: “El futuro no se adivina, se construye”.
Los estudios del futuro (Forecasting Studies) o prospectiva son procesos científicos basados en pronósticos o predicciones sustentados en datos pasados y presentes y, más comúnmente, mediante el análisis de tendencias y recursos estadísticos, tanto de datos duros como digitales.
Para la realización de estudios del futuro se pueden utilizar diversos métodos: cuantitativos-cualitativos (Delphi o serie de datos); enfoque promedio (Todos los valores futuros son iguales a la media de los datos pasados); enfoque ingenuo o deriva (datos de series temporales con cambios de deriva); ingenuo estacional (Estacionalidad por temporadas); series de tiempo (medias móvil, ponderada, exponencial); pronóstico causal-econométrico (Factores subyacentes); Box Jenkins (series temporales, modelo autorregresivo integrado de promedio móvil o AutoRegressive Integrated Moving Average); simulación Montecarlo (conjuntos de números aleatorios para las variables inciertas); de juicio (intuición experta); inteligencia artificial y modelos neurocientíficos (Big data, maquinas vectoriales, redes neuronales).
Ya desde 1971 John C. Chambers , Satinder K. Mullick and Donald D. Smith publicaban en Harvard Business Review “How to Choose the Right Forecasting Technique”: En todas las decisiones importantes que se toman deben consideran algún tipo de pronóstico. Las predicciones sólidas de las demandas y las tendencias ya no son artículos de lujo, sino una necesidad gerencial frente a los grandes cambios de la economía. El pronóstico puede ayudar a lidiar con estos problemas; pero puede ayudarlos más, cuanto más sepan sobre los principios generales de pronóstico, lo que puede y no puede hacer por ellos actualmente, y qué técnicas se adaptan a sus necesidades del momento. La selección de un método depende de muchos factores: el contexto del pronóstico, la relevancia y disponibilidad de datos históricos, el grado de precisión deseable, el período de tiempo a pronosticar, el costo / beneficio (o valor) del pronóstico para la compañía y el tiempo disponible para hacer el análisis.
¿Qué fenómenos -Cisnes verdes- se presentan en el futuro para analizar y diseñar escenarios?, veamos 10 hipótesis:
- La caída global del internet o el shock tecnológico.
- El avance silencioso y recurrente de la maquinaria comercial China.
- La desaparición del dinero FIAT y el auge de las monedas digitales.
- Las destrucciones de las zonas costeras por impacto climático.
- La transformación de las democracias en un modelo de poder único.
- La desaparición de las universidades y colegios sustituidos por educación virtual.
- La desaparición de los medios impresos (libros, periódicos).
- La desaparición forzada de la pobreza.
- La crisis de agua, materias primas y de energías no renovables.
- Tercera guerra mundial.
Estas hipótesis tienen tres caminos de probabilidades: Muy probable, poco probable o nada probable, pero ya hemos tenido en cada una de las hipótesis alguna experiencia o adelanto de lo que puede suceder.
La caída momentánea de las redes sociales nos ha dado un adelanto de lo que podría suceder con fallas reales de plataformas bancarias. China avanza a paso firme en Centroamérica. Las criptomonedas quizá no avancen tanto como las transferencias bancarias online. Ya hemos visto zonas costeras desbastadas. Los modelos autoritarios están a la vista. La educación online sigue avanzando a pasos agigantados. Los sistemas impresos están en crisis. La gentrificación es una realidad. Las materias primas no son infinitas y agua ya no hay para todos. Ya hubo dos guerras mundiales ¿qué le hace pensar que no puede haber una tercera?
Los empresarios, gobernantes o líderes deberían poner sobre su mesa estratégica éstas y otras probabilidades o escenarios futuros. Deberían leer sus datos, estudiar los comportamientos y utilizar las herramientas tecnológicas, evitando que aparezca un “Cisne Verde” y que el futuro les sorprenda. Peter Drucker decía que “la mejor manera de predecir el futuro es creándolo…”, porque “cada vez que tomas una decisión, cambias el futuro” (Deepak Chopra)
El futuro no es una realidad sino una posibilidad; Stephen Hawking sostenía que el pasado, como el futuro, es indefinido y existe sólo como un espectro de posibilidades. El problema es que las posibilidades pueden llegar a materializarse.
Por último, tres ideas filosóficas importantes sobre el futuro: La vida sólo puede ser entendida mirando hacia el pasado, pero solo puede ser vivida mirando hacia el futuro. (Søren Kierkegaard). El futuro influye tanto en el presente como en el pasado. (Friedrich Nietzsche). La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser. (José Ortega y Gasset)
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Investigador Educativo/opicardo@uoc.edu