La donación de alimentos o redistribución alimentaria forma parte de la estrategia de lucha contra el desperdicio de alimentos, recuperando aquellos alimentos que han salido del canal de la comercialización, y de la solidaridad de nuestra sociedad ante la situación de crisis de los últimos años en El Salvador.
El problema del desperdicio de alimentos a lo largo de la cadena de suministro agroalimentario radica en que la sociedad no es capaz de asegurar la comercialización o consumo de todos los alimentos que produce. Por otro lado, existe la demanda social de facilitar alimentos a sectores de población con situación económica precaria que no tienen garantizado el acceso a suficientes alimentos que les permitan cubrir sus necesidades básicas.
El desperdicio de residuos alimentarios es insostenible y costoso. Los alimentos no consumidos se digieren anaeróbicamente en los vertederos y emiten gases de efecto invernadero en lugar de alimentar a las personas con hambre. El peso de estos costos no recae únicamente en el medio ambiente. Las empresas también incurren en gastos, ya que el transporte de residuos a los vertederos es caro debido a los requisitos de mano de obra e infraestructura.
Una gestión sostenible de los sistemas alimentarios en términos económicos, medioambientales y de salud requiere, por tanto, garantizar un acceso seguro a alimentos saludables y nutritivos al conjunto de la población, evitando el derroche y fomentando el máximo aprovechamiento posible de los alimentos. Incluyendo los prerrequisitos que considera necesarios para los establecimientos que realicen o reciban las donaciones control de la vida útil, mantenimiento de los alimentos devueltos, evaluación para la donación y, en su caso, congelación de los alimentos para este fin, así como los diagramas de flujo, el análisis de peligros, los controles y la gestión de incidencias y medidas correctoras correspondientes a esta actividad.
Dado que las empresas alimentarias tienen la obligación de aplicar sistemas de gestión de la seguridad alimentaria, esta actividad donadora formará parte de este, sin que ello implique grandes modificaciones en su documentación. Para ello, pueden optar por incluir dicha actividad.
Pueden donarse los alimentos de los que podamos garantizar un consumo seguro, esto es, los que, por su naturaleza, procesado, temperatura de conservación y tipo de envasado se consideran más estables o inalterables, por ejemplo, arroz, pasta, frutos secos, alimentos debidamente envasados por ejemplo aceites y conservas o que hayan sufrido tratamientos por calor, desecación, entre otros. La educación y la concienciación también juegan un papel crucial en este proceso. Es necesario que tanto los empresarios como los consumidores comprendan la importancia de reducir el desperdicio alimentario y participen activamente en estas iniciativas. Las campañas de sensibilización y los programas educativos pueden contribuir a cambiar la mentalidad y los hábitos de consumo, promoviendo una cultura de aprovechamiento y solidaridad.
Es importante establecer principios y criterios que orienten las políticas públicas del Gobierno con la participación de los sectores público, social y privado, que promuevan acciones que generen el aprovechamiento integral de los alimentos, una cultura que evite su desperdicio y donación altruista para la población menos favorecida.
La donación de alimentos aptos para consumo humano sin valor comercial es una acción de gran trascendencia social, económica y ambiental. Colabora en satisfacer las necesidades alimentarias de la población más vulnerable; Contribuye a reducir la perdida y el desperdicio de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha; Contribuye a hacer un uso más eficiente de los recursos ya invertidos en la producción y comercialización de esos productos (agua, suelo, combustible, energía); Puede reducir la cantidad de desechos que genera la actividad productiva y facilitar su disposición final.
Si su empresa quiere donar alimentos, debe saber qué alimentos puede donar y respetar las condiciones de manipulación, conservación y transporte. Igualmente, si usted pertenece a una entidad que recibe estas donaciones, debe planificar bien la recepción, garantizando que la donación se haga de manera segura. Al adoptar y promover las donaciones, podemos avanzar hacia un futuro más sostenible y equitativo, incorporando todos esos excedentes en la economía circular, donde el alimento sea un derecho garantizado para todos y no un lujo desperdiciado. Es hora de actuar y de demostrar que, juntos, podemos hacer frente al desperdicio alimentario de manera efectiva y con un impacto positivo duradero. Tirar alimentos es tirar dinero, reducir el desperdicio de alimentos es un compromiso de todos y en la lucha contra el desperdicio cada acción es importante.
Como organización Sonrisas y Amor para todos contamos con un programa destinado a proveer alimentos a los adultos mayores que viven en total abandono y que no tienen pensión, permitiendo la dignidad en la vejez, tenemos claro que nuestro deber ciudadano es apoyar en la medida de nuestras posibilidades a los salvadoreños que viven en condiciones inhumanas. Siempre recordemos ponernos en los zapatos de aquellos que viven en vulnerabilidad.
Ingeniera