La madre de la joven Melvin Fernanda Nájera Quezada pidió al Estado salvadoreño que acelere los trámites para la extradición del principal sospechoso del feminicidio de su hija, cometido hace casi seis años.
Michael Alejandro Castillo Murga fue capturado en Estados Unidos en octubre de 2024, cinco años después de cometer el crimen de la joven y abandonar el hijo de ambos, de un año y siete meses, a la intemperie en un cafetal.
“Como madre de la víctima pido a la República de El Salvador que acelere los trámites de extradición, que haga un acuerdo con Estados Unidos, para que este individuo pague la pena máxima en prisión por feminicidio agravado de Fernanda y el intento de asesinar a su pequeño hijo de solo 19 meses de nacido”, expresó Marielos Quezada, madre de Fernanda.
Por otra parte, la señora hizo una petición al gobierno de Estados Unidos, el cual le ha brindado asilo desde hace algunos años.
“A Estados Unidos pido que se haga justicia aceptando la extradición del imputado Michael Alejandro Castillo Murga para El Salvador, donde tiene que ser procesado y pagar el crimen”, señaló.
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La Fiscalía General de la República informó el 5 de noviembre de 2024 que el prófugo había sido capturado por miembros del Servicio de Marshals del distrito central de California,
Según la información brindada por la Fiscalía, el imputado fue detenido en el estado de California, Estados Unidos, donde se encontraba prófugo, luego que huyó tras hechos cometidos en enero de 2019.
“Michael Alejandro Castillo Murga, acusado por el feminicidio agravado de Fernanda Nájera Quezada y el homicidio imperfecto en perjuicio del hijo de ambos, hechos ocurridos en enero del año 2019, ha sido capturado en el Estado de California, con fines de extradición”, indica la publicación.
La captura del imputado se ha realizó dos años después que la Interpol lo localizara en ese país. En un documento oficial, al que tuvo acceso este periódico, indica que en diciembre de 2022, la Interpol informó a las autoridades salvadoreñas la ubicación del prófugo, pero advertía que la difusión roja no era suficiente para realizar la detención del sospechoso.