Un año más, los Heraldos del Evangelio fortalecen el Espíritu de la Navidad con su ya tradicional concierto de villancicos, el cual llega a su edición número 15.
En 2024, el evento se llevó a cabo una vez más en Salamanca, Nuevo Cuscatlán, con esa solemnidad y colorido que tanto enamora al público fiel a esta iniciativa de los Caballeros de la Virgen.
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En un ambiente mágico, como lo es la época, los artistas de la congregación católica -fundada por el brasileño João Scognamiglio Clá Dias en 1999 y aprobada por San Juan Pablo II en 2001- ofrecieron una velada de música navideña, que atrajo a familias enteras.
Como es costumbre, se inició con el cortejo de los protagonistas, que caminaron entre el público hacia el escenario. Luego, la imagen del Niño Jesús fue trasladada hasta el altar y colocada entre las de la Virgen María y San José.
El repertorio incluyó villancicos tradicionales, himnos religiosos y composiciones clásicas que exaltan el nacimiento de Jesús. Entre las piezas destacadas se escucharon “Adeste Fideles”, “Dulce Alegría”, "Los peces en el río", “Campana sobre campana” y otras melodías emblemáticas de la temporada.
Pero nada como la sensación que generan los cantos gregorianos, que enchinan la piel y emocionan el alma.
Tal y como lo ha expresado el hermano Sebastián Cadavid en ocasiones anteriores, los Heraldos no solo llevan el mensaje de esperanza del Inmaculado Corazón de María, también se enfocan en guiar a la juventud evangelizando a través de cosas bellas, como las imponentes arquitecturas religiosas y el cultivo de las artes.
Y, precisamente, lo artístico resplandece en este tradicional concierto en el que un grupo de niños y jóvenes de los que participan en los programas de la congregación se unen al coro de los custodios de Santa María Virgen, para alegrar los corazones con la música navideña.
Fueron más de 50 voces cantando, que se desprenden del apostolado musical que posee la congregación y que les permite difundir el verdadero sentido de la Navidad: el amor de Dios hecho hombre.
Y entre esas voces que emocionaron al público figuraban las joven Carlos Arauz Calderón, de 12 años, y las del agrónomo guatemalteco Peter Boy, de 30.
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Para el pequeño cantante salvadoreño es gratificante saberse parte de este coro que año con año ha logrado convocar a personas de todas las edades. "Me siento muy feliz y a veces nervioso, porque que tal y me desafino y desafino a todo el grupo...", expreso visiblemente emocionado.
Esta fue la segunda vez que Carlos integró el coro de los Heraldos y espera poder ser parte del espectáculo del próximo año; aunque tiene la ilusión de que para diciembre de 2025, será parte del grupo de talentos que interpretan la trompeta.
Peter Boy también participó por segunda vez en el show de El Salvador, pero también lo ha hecho en su natal Guatemala, en donde hace una semana la congregación se presentó con éxito en la ciudad capital.
Peter y Carlos tienen algo en común: conocieron de esta asociación católica en su infancia y se dejaron enamorar por el ADN de la congregación.
Este año, además de los hermanos guatemaltecos, el show en Salamanca contó con talentos procedentes de Costa Rica, Argentina y Brasil.
De esta forma, a través de la música y el canto, los Heraldos recuerdan lo valiosa que es la Navidad y promueven vivir el Adviento con entrega, mientras se espera el nacimiento de Jesús, pero como algo presente, no del pasado. Pues las gracias que se vivieron en el portal de Belén, cada año se repiten manteniendo latente la luz del Dios Salvador.
Los fondos recaudados son destinados a toda la labor social que realizan los Heraldos del Evangelio en El Salvador.
