Por Ucrania lo ha confirmado. El martes pasado, un misil de fabricación norteamericana estuvo a 340 kilómetros de Moscú en la región de Briansk. Dos años habrán sido necesarios a Washington para dar el semáforo verde a Ucrania para el uso de misiles a mediano alcance ATACMS, por alcanzar el territorio europeo. Esta decisión de Estados Unidos interviniendo al final del mandato de Joe Biden parecía previsible desde las últimas semanas de la campaña presidencial ante el despliegue de las tropas norcoreanas en la región rusa de Kursk, bajo el control de Ucrania, desde agosto pasado.
El uso de los misiles ATACMS (Army tactical missile system) fue asumido de inmediato por el ejército ucraniano, alimentando la ira de Rusia, que afirmó que esta decisión “llegaría“ a una situación fundamentalmente nueva, en términos de implicación de los Estados Unidos en este conflicto”.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, afirmó que su país se reservaba el derecho en llevar a cabo “una respuesta apropiada”, ya que “Ucrania y los occidentales quieren una escalada” en un conflicto que entra “en una nueva fase”.
Sin afirmar una implicación directa de los países de la NATO/ OTAN, Moscú sabe que el uso de estos misiles no puede ser llevado a cabo sin “la ayuda de expertos e instructores estadounidenses”.
Los primeros disparos de misiles no parecen ser limitados a la región de Kursk, cuyos 1000 km2 han sido tomados por los ucranianos en una ofensiva durante agosto pasado. En la ciudad de Karachev, ha sido un depósito de municiones que ha sido alcanzado. No se debe olvidar que Kiev usa desde 2023 los misiles SCALP (Storm Shadow), franco-británicos contra sitios que Moscú considera como rusos, como en las regiones de Crimea tanto como en el Donbás.
En este contexto, Rusia tiene una “oportunidad legítima” para entrar en una escalada. Por cierto, Vladimir Putin firmó martes 19 de noviembre pasado un decreto de actualización de la doctrina nuclear rusa, ampliando las bases de uso del potencial nacional. Desde el principio de la guerra en 2022, el líder ruso pone en relieve la amenaza nuclear. Actualmente, Rusia examinara de carácter “existencial”, un ataque conjunto por un Estado convencional que beneficia del apoyo de una potencia nuclear.
El decreto hace aparecer que el Kremlin se reserva el derecho de una respuesta nuclear después de un ataque convencional contra su territorio, incluyendo el uso de los drones, pudiendo amenazar su soberanía e integridad. Desde septiembre pasado, Vladimir Putin lanzo una advertencia a Ucrania por usar misiles occidentales. Afirmó que estas acciones significarían que “los países de la OTAN/NATO están en guerra contra Rusia”. Ahora bien, estos nuevos dispositivos a disposición de Ucrania se usan después de las elecciones norteamericanas. La elección de Donald Trump a la Casa Blanca aceleró la impresión de una salida de la guerra en el transcurso de 2025.
Frente a su parlamento, el presidente Volodimir Zelenski consideró que la salida del conflicto podría surgir en 2025 afirmando que “esta etapa determinará quién ganará”, asegurando que “Ucrania puede vencer Rusia” aunque “está muy difícil”.
Por primera vez, el presidente ucraniano reconoció que su país podría tener que esperar un tiempo post-Putin para poder “restablecer” su integridad territorial. Rusia está presente sobre 20% del espacio territorial ucraniano mientras Vladimir Putin endurece su discurso relativo a la extensión del riesgo de guerra.
Más que nunca, los misiles ATACMS aparecen como el armamento de la última chance para Ucrania y de la posible deflagración para Moscú.
Politólogo francés y especialista en temas internacionales.