¿Qué son, para qué sirven y quien las desarrolla? Son documentos en los que se describen algo material, productos, o inmaterial, sistemas, de la forma más inteligible para los usuarios. Sirven para que las empresas y las organizaciones de cualquier rubro, dimensión y lugar donde se encuentren, sean mejores y más rentables. Las desarrollan los comités internacionales de normalización, que son equipos pluridisciplinares de expertos en los asuntos a que se refieren las normas.
Existen 25.647 normas ISO que describen las características de calidad de los productos, para ser fabricados por diferentes empresas en diferentes países y cumplan el objetivo fundamental de la normalización: la “intercambilidad”. Así, cuando se quema un foco, sin atender la marca del fabricante, se compra otro, se cambia y funciona, igual con la mayoría de los productos domésticos, industriales, eléctricos y electrónicos.
Cualquier producto o servicio que esté libre de defectos se considera de buena calidad. Esto se consigue mediante un sistema integral de gestión, aseguramiento, control de calidad, pruebas en laboratorios e inspecciones físicas y auditorías.
Para garantizar y mantener las buenas prácticas en los servicios y los procesos de fabricación se debe establecer un sistema de gestión de calidad con el fin de lograr la uniformidad de los productos y la estabilidad de los procesos, es decir, que lo procesos estén bajo control y dentro de los márgenes de variabilidad, que garanticen la capacidad de las líneas de producción o de prestación de servicios, incluso los que dependen de muchas variables simultaneas.
Las principales ventajas de aplicar las normas son: cumplimiento de los requisitos dimensionales y funcionales de los productos. Reducción de la variabilidad de los procesos. Mejora continua de la calidad y productividad y mayor satisfacción de los clientes.
La norma ISO más difundida en todo el mundo, es la Norma Internacional, “Sistemas de gestión de calidad ISO 9001, implantada en un poco más de un millón y medio de empresas.
La primera versión fue publicada en 1986 y hasta 1999, su filosofía fue describir la empresa, su organización y sus objetivos de calidad, en un “manual de calidad”, y todos los procesos y especificaciones, en un “manual de procedimientos” y cumplirlos estrictamente.
A partir del año 2000, la norma incluyó principios de calidad y mejora continua y la versión actual ISO 9000:2015 enfatiza los siguientes: 1.Enfoque en el cliente.
2. Liderazgo.
3. Compromiso de las personas.
4. Enfoque de procesos,
5.Mejora,
6.Toma de decisiones basada en la evidencia
y 7. Gestión de las relaciones.
Pero la importancia de las ISO 9000, es que en su estructura se basan muchas normas útiles para las empresas, como ISO 14.000 para la gestión medioambiental, ISO 27.000 para la seguridad de la información, ISO 31.000 para la gestión del riesgo, ISO 45.000 para la seguridad y la salud en el trabajo, ISO 50.000 para la gestión energética y otras normas importantes de sistemas de gestión.
Además, también es la base para las versiones específicas de sectores industriales de alcance mundial, como QS 9000 para el sector del automóvil, AS 9000 para la aviación y TL 9000 para las empresas relacionadas con las telecomunicaciones.
Y si a cualquiera de las normas se antepone el planteamiento japonés KAIZEN, que incluye los sistemas para la mejora de la productividad, además de las normas ISO, implantará un cambio cultural de largo plazo.
¿Es difícil implantar el sistema de gestión de calidad ISO 9000 en cualquier empresa? Si se quiere no y realizándolo desde el principio, combinado con la rentabilidad de los sistemas del planteamiento KAIZEN, puede ser la mejor inversión en muchos años.
No importa los resultados y utilidades que este obteniendo, estos sistemas son para mejorar.
Ingeniero/pedroroque.net
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