Un reciente análisis de la agencia inglesa EMFI (Emerging Finance) plantea que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, está siguiendo los pasos de su homólogo Javier Milei en Argentina con los ajustes fiscales que ha emprendido para lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En ese sentido, apunta que el presupuesto para 2025 (aún sin aprobar por la Asamblea Legislativa) "marca un cambio clave en las finanzas públicas del país: el compromiso de lograr un déficit fiscal cero por primera vez" desde el inicio de la administración Bukele.
LEA MÁS: Medidas de Gobierno para economía son "amargas, pero no medicina", según expertos
"Presentaremos ante la Asamblea Legislativa por primera vez en décadas el primer presupuesto completamente financiado sin la necesidad de emitir un solo centavo de deuda para gasto corriente", dijo Bukele en un mensaje transmitido en cadena de radio y televisión el 15 de septiembre.
El Ministerio de Hacienda presentó el 30 de septiembre un proyecto de presupuesto para el otro año que asciende a $9,663 millones, lo que refleja un aumento del 6.6% en comparación con el presupuesto aprobado de 2024. Además se contemplan $1,202.8 millones en préstamos dentro del presupuesto y la posibilidad de recurrir a créditos internos mediante Letras del Tesoro (Letes) hasta por un 25% de los ingresos corrientes estimados para el otro año; estos fondos le sirven al gobierno como una especie de tarjeta de crédito para pagar compromisos, generalmente, corrientes.
Otras señales de ajuste han sido los despidos masivos de trabajadores del sector público en estos últimos meses y los que han anunciado para 2025, pues el Ministerio de Hacienda ha confirmado que 11,000 empleados públicos serán despedidos, así como los recortes en presupuestos de varias instituciones y compromisos como los escalafones a trabajadores del sector salud y educación. Además, el gobierno recortará las transferencias corrientes en 4.8%.
De hecho, la financiera había emitido un informe anterior que tituló: "Ha llegado la Medicina Amarga", en el que plasmaba que "el presidente Bukele anunció su objetivo de lograr el equilibrio fiscal para 2025, siguiendo los pasos de Javier Milei en Argentina".
Y mencionaba que desde junio de 2024 se han reportado 2,250 despidos en el sector público, lo que señala un cambio en las políticas laborales.
"Con estas acciones, el gobierno de Bukele está sentando las bases para un posible acuerdo con el FMI, aunque uno de sus principales desafíos será fortalecer los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas", analiza EMFI.
Asimismo, dice que los riesgos relacionados con la gobernanza y el uso de Bitcoin generan preocupación.
En cambio, considera que la presión por la liquidez ha disminuido considerablemente tras la reducción de las obligaciones pendientes, luego de las operaciones de recompra de bonos. El gobierno lanzó una compra anticipada de deuda en abril (por $1,000 millones), luego una en octubre (por $940 millones) y la tercera ocurrió esta semana por $2,635 millones que cierra el próximo 18 de noviembre.
A la par de anunciar las recompras ha salido al mercado internacional en dos ocasiones este año a emitir bonos por $1,000 millones cada vez. La anterior fue en abril y la más reciente fue este 14 de noviembre, cuyo plazo de pago es a 30 años y a una tasa de interés del 9.65%. Lo más relevante de esta última emisión es que sería el preámbulo de un acuerdo con el FMI, según publicó Bloomberg. Y añade que el Fondo enviará una misión a El Salvador a inicios de diciembre.
Para economistas como Rommel Rodríguez, en declaraciones para El Diario de Hoy, estas operaciones del gobierno podrían ser medidas complementarias al ajuste fiscal para obtener el acuerdo con el FMI y en consonancia con lo que ha hecho Milei.
"Es como estarse preparando para un año 2025 que con bastante probabilidad será duro en términos de ajuste fiscal. Es un ajuste al estilo Milei: ajustar la economía independientemente del costo económico y social. Duro para el corto plazo, pero necesario para el mediano plazo. Si el gasto público no se hubiera exacerbado en los años precedentes, este ajuste sería menos necesario o al menos, de menor intensidad", expresó.
¿Cómo lograrán el ajuste?
EMFI indica que el ajuste que se propone el gobierno para 2025 se lograría mediante una combinación de factores: mayores ingresos fiscales, impulsados principalmente por el crecimiento en la recaudación del IVA y el impuesto sobre la renta pero, más importante aún, mediante la racionalización del gasto público.
"Las suposiciones macroeconómicas de El Salvador para 2025 nos parecen razonables, con un crecimiento del PIB estimado en 3.1%. Sin embargo, este crecimiento podría ser más débil de lo esperado debido a una desaceleración gradual de la actividad económica en la región y los esfuerzos del gobierno por reducir el gasto público", plantea.
Respecto a los ingresos que proyecta el gobierno para 2025 por $8,460 millones, sobre todo por medio de impuestos, la agencia financiera opina: "Considerando un crecimiento nominal del PIB del 5%, parece difícil alcanzar este objetivo sin introducir nuevas medidas para aumentar los ingresos".
Una de esas medidas, según EMFI, pueden provenir del aumento en la tasa del IVA del 13% al 17%, lo cual podría generar $1,200 millones adicionales en ingresos. Pero menciona que el Ministerio de Hacienda ha confirmado que no habrá un aumento en la tasa del IVA en 2025.
"Por lo tanto, creemos que el gobierno continuará con sus planes de mejorar la recaudación de impuestos a través de programas de exención; sin embargo, en nuestra opinión, estas medidas serán cada vez menos efectivas para generar ingresos adicionales", afirma.
Mientras que por el lado de los gastos, la agencia inglesa menciona que se espera que los gastos totales aumenten un 0.9% en comparación con el presupuesto modificado, debido en gran parte a un recorte del 10% en los gastos de consumo del gobierno. ¿Será suficiente?
"A pesar de estos ajustes, la carga de intereses (de la deuda) sigue siendo alta, aumentando un 39.8% en comparación con el presupuesto modificado, hasta alcanzar $1,600 millones, equivalente al 4.2% del PIB. Los pagos de intereses representan el 18.8% de los ingresos presupuestados, un nivel superior al 16.7% registrado en 2023", señala la financiera.
Asimismo, apunta que el pago de los intereses por los préstamos que ha adquirido el gobierno contrastan con los recortes que tendrán áreas clave para la población, como educación y salud, pues representan el 28.8% de todo el presupuesto de 2025 y es el 7.4% del PIB.
El Ministerio de Salud tendrá una reducción del 7.9%, equivalente a $95 millones, mientras que el Ministerio de Defensa tendrá un aumento del 20.3%. "Lo que refleja que la seguridad sigue siendo una prioridad para la administración de Bukele", dice EMFI.
Y remata: "Si bien vemos positivamente la trayectoria fiscal de El Salvador, seguimos siendo cautelosos sobre la viabilidad y sostenibilidad del objetivo de déficit cero, particularmente dado el contexto de los gastos relacionados con las pensiones, que no se incluyen en las estadísticas oficiales del déficit. La exclusión de la deuda relacionada con las pensiones del cálculo del déficit fiscal genera dudas sobre la verdadera magnitud del ajuste. Aunque el gobierno puede lograr un "déficit cero" en sus cifras oficiales, la realidad fiscal podría ser menos favorable".