El expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) aventajaba el martes por la noche a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris en un tenso escrutinio electoral por la presidencia de los Estados Unidos.
Pasadas las 10 de la noche del 5 de noviembre, continuaban definiéndose los números de los colegios electorales en varios estados, sobre todo hacia la costa oeste.
Los estadounidenses no deciden por voto popular quién será su próximo presidente, sino que designan a un número de electores en cada estado que conforman el Colegio Electoral y que se encargan de elegir al próximo inquilino de la Casa Blanca.
El Colegio Electoral tiene 538 compromisarios y, para ganar, Trump o Harris necesitan al menos una mayoría de 270.
Según el periódico The New York Times, Trump aventajaba con 214 votos electales a su contrincante, que marcaba 179.
Las victorias han sido previsibles para ambos candidatos en estados que eran sus bastiones en unas elecciones que van a depender de siete estados conocidos como "bisagra" –Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Míchigan, Wisconsin, Arizona y Nevada- de los cuales aún no se saben los resultados.
TAMBIÉN: ¿Por qué los votantes obreros de Pensilvania pueden decidir la elección en EE.UU.?
Trump cruzó la barrera de los 200 compromisarios tras ganar en Kansas, Montana y Utah, mientras Harris se hizo con Colorado y se ubicó 92 votos por detrás de su rival republicano.
Además, el estado de Ohio se pintó de republicano y aportó sus 17 votos electorales a Trump, que alcanzó para entonces los 188 frente a 102 de Harris. Arkansas también se confirmó en favor del expresidente.
Trump dijo en un mensaje en video a sus simpatizantes que tendrá "una gran victoria", tras agenciarse las Dakotas, Luisiana, Wyoming y dos delegados de Nebraska, mientras Harris asegura los votos de Nueva York, Nueva Jersey, Delaware e Illinois.
El exgobernante consiguió llevarse a los electores del Colegio Electoral de los estados de Florida, Tennessee, Alabama, Misisipí, Misuri y Oklahoma, al tiempo que Massachusetts, Maryland, Rhode Island, Connecticut y el Distrito de Columbia se confirmaron a favor de Harris.
El republicano sumó los cuatro compromisarios de Virginia Occidental, Indiana y Kentucky, mientras que Harris se lleva Vermont.
La noche del martes ha mantenido con ansiedad a los estadounidenses y al mundo, por sus repercusiones no sólo en la Unión Americana, sino también en el planeta por la guerra en Ucrania y en los conflictos en Oriente Medio, entre otros asuntos.
En un ambiente de máxima tensión política se registraron varias alertas de bomba en los centros de votación, que la policía federal estadounidense (FBI) atribuyó a la injerencia y desinformación de Rusia.
También se ha detenido a un hombre que olía a combustible y llevaba un lanzabengalas en el Congreso, pero por lo general la jornada transcurrió sin incidentes, a pesar de que Trump se hizo eco de "rumores" de "fraudes masivos" en Filadelfia, Pensilvania, que las autoridades locales desmintieron.
En la capital, Washington, barreras metálicas rodean la Casa Blanca y el Capitolio y un número impresionante de comercios han protegido sus escaparates con tablones de madera.
También está en juego el control del Congreso, con la renovación de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 sobre 100 en el Senado, así como varios gobernadores.
Los republicanos consiguieron un escaño en el Senado que ocupaba un exdemócrata. Aunque esperada, esta victoria hace que los conservadores estén más cerca de cambiar el equilibrio de poder en la cámara, esencial para aprobar reformas.
Algunos estados también celebran referendos sobre el polémico tema del derecho al aborto.
Gane quien gane en definitiva, el resultado será histórico. Trump obtendría el segundo mandato no consecutivo de un presidente desde 1893 y sería el más viejo en ser electo, y Harris, negra y de ascendencia surasiática, se convertiría en la primera mujer en el cargo más importante de la nación.
Tuvo solo tres meses para intentar convencer. Entró en campaña después de que el presidente Joe Biden tirara la toalla en julio y la apoyara.
Con un programa electoral centrista para intentar captar a los republicanos moderados, Harris propone firmeza frente a la inmigración ilegal, mejoras para la clase media y la defensa del derecho al aborto.
Mitin tras mitin, el republicano, que sufrió dos intentos de asesinato durante la campaña, repitió la partitura de 2016 y 2020, presentándose como un antisistema, cercano a la gente y muy crítico con las élites de Washington.