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Carta a Kamala Harris: ¡Gane, carajo!

Por esta razón, el triunfo suyo sería preferible para El Salvador. Trump es un enemigo. Usted no sería hostil contra la oposición democrática en El Salvador. Tal vez indiferente, tal vez claudicante, pero no hostil. Incluso, una potencial aliada, cuando la dictadura de Bukele entre en crisis y adopte la represión masiva...

Por Paolo Luers
Periodista

Hoy, el 5 de noviembre 2024, en su país están eligiendo a su próximo presidente. ¿Qué puede esperar El Salvador de cada uno de los dos posibles ganadores? (Aquí no voy a hablar del desastre que una nueva presidencia de Trump significaría para la sociedad estadounidense. Todo está dicho sobre esto).

Realísticamente, gane quien gane, nos va a joder. Donald Trump mucho más que usted. Este hombre nos va a fregar, porque dará a Bukele todos los apoyos que necesita para consolidar su dictadura. Ellos están hechos uno para el otro. Trump nos va a joder activamente y con ganas. Pero, tememos que usted, si es electa, también nos va a perjudicar, simplemente por no hacer nada para defender la democracia en nuestro país. Uno por acción, la otra por omisión, van a contribuir a la consolidación de una nueva dictadura. Es triste, pero es lo que muchos piensan –y lastimosamente hay razones.

Fue el gobierno de Biden/Harris que abandonó su política anunciada de priorizar los derechos humanos sobre la Realpolitik. Adoptó la estrategia de apoyarse en gobiernos antidemocráticos para asegurar sus intereses en la región: control de la migración y del tráfico de drogas.

Al principio, cuando todavía no era claro si Bukele se iba a consolidar en el poder, la administración Biden/Harris condenó, en términos claros, los atentados de Bukele contra la democracia: la toma de la Asamblea en 2020, la remoción ilegal de la Sala de lo Constitucional y del fiscal general, en 2021, fueron fuertemente criticados por las autoridades de su administración. Docenas de funcionarios, la mayoría ligados a Bukele, fueron puestos en la lista Engel, retirándoles sus visas.

Pero una vez que se hizo evidente que Bukele había logrado consolidarse en el poder y que tenía un apoyo popular mayoritario, ustedes cambiaron su discurso y su política. Ya nadie hablaba de la inconstitucionalidad de la reelección presidencial, de la violación sistemática de los derechos humanos bajo el régimen permanente de excepción, ni de los casos escandalosos de corrupción. Nayib Bukele se había convertido para Washington en un factor de estabilidad en la región. Al principio no decidieron apoyar a Bukele abiertamente, pero sí de tolerarlo. Pero recientemente, Washington decidió echarle una mano, ayudándole a refinanciar su deuda internacional -y, de paso, lavarle la cara, presentándolo como un gobernante fiscalmente responsable, que no lo es. Se supone que también Washington levantó su veto contra un préstamo grande del Fondo Monetario Internacional.

Todo esto no ha sido obra suya, pero tampoco se ha opuesto a este cambio de la política. En la campaña no ha dado ningún indicio que cambiaría esta política de tolerancia con la nueva dictadura latinoamericana. Ojalá que, una vez en el poder, nos sorprenda.

En el caso de Trump, ya sabemos qué podemos esperar de él como presidente. Levantará todas las restricciones a la ayuda económica, militar y policial para el gobierno de facto de Nayib Bukele. Le dará respaldo político, porque necesitará tener algunos presidentes de la región de su lado.

A pesar de todo esto, para El Salvador sí hará una diferencia sustancial si entra en la Casa Blanca Trump o usted. De los dos, sólo usted será susceptible a la presión política de parte de los defensores de la democracia y de los derechos humanos -en El Salvador y en la sociedad estadunidense. Con Trump, se cerrará en Washington cualquier espacio de debate sobre la política estadounidense hacía nuestro país.

Por esta razón, el triunfo suyo sería preferible para El Salvador. Trump es un enemigo. Usted no sería hostil contra la oposición democrática en El Salvador. Tal vez indiferente, tal vez claudicante, pero no hostil. Incluso, una potencial aliada, cuando la dictadura de Bukele entre en crisis y adopte la represión masiva...

Apuesto que usted ganará. Ojalá no me equivoque. Suerte, Kamala...

Saludos…

 Paolo Lüers

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