A pocos días de las elecciones en Estados Unidos, y con las encuestas indicando una elección presidencial perfectamente dividida, los líderes de América Latina esperan ansiosamente para ver qué candidato presidencial definirá la política regional desde Washington. Pero si bien la carrera presidencial tiende a opacar las miradas, la futura política regional será decidida también por el siguiente Senado y Congreso, y los partidos que obtengan la mayoría en cada cámara. Una futura política exterior estadounidense, necesitará priorizar temas bipartidistas para ser exitosa. Por fortuna para Centroamérica, el nearshoring cuenta con apoyo bipartidista en Washington. Sin embargo, para aprovechar la oportunidad, los gobiernos centroamericanos tendrán que mejorar sus incentivos de inversión.
Quien vea hoy en día las encuestas presidenciales y congresales verá que es muy probable que exista un gobierno dividido en Washington. Un gobierno dividido significa que un futuro presidente de EE.UU.– ya sea Kamala Harris o Donald Trump – necesitarán del apoyo del partido opuesto para hacer valer su política exterior. Una futura administración tendrá que navegar los intereses del partido rival, y será guiada hacia intereses bipartidistas. Cuando toque definir la política hacia la región, primarán los temas que cuenten con apoyo en ambos lados del pasillo.
El nearshoring, o relocalización de cadenas de suministro hacia los aliados regionales, tiene todo el potencial de ser un tema prioritario y bipartidista en la nueva administración. El aumento de las tensiones entre Estados Unidos y China, y el COVID-19 pusieron de manifiesto las vulnerabilidades de la cadena de suministro de las empresas estadounidenses, lo que hizo que su resiliencia pase a ocupar un lugar prioritario en la agenda.
Como resultado, en 2024, un número sin precedentes de empresas estadounidenses están tratando de reubicar las cadenas de suministro más cerca de casa. La desvinculación de las cadenas de suministro críticas de China ha recibido cada vez más apoyo bipartidista, con ambos candidatos presidenciales apoyando los aranceles sobre las importaciones chinas, continuando la tendencia de las dos últimas administraciones. A medida que ambos partidos buscan diversificarse para alejarse de China, la región centroamericana ofrece una oportunidad a las empresas estadounidenses.
Sin embargo, para aprovechar la oportunidad coyuntural, la región centroamericana tiene que mejorar sus condiciones de inversión. En un nuevo reporte del Nearshoring Working Groupdel think tank americano Atlantic Council, concentrado en la región de Centroamérica, México y República Dominicana, se identifican cuatro desafíos para la región y recomendaciones para sus líderes.
Primero, la región se enfrenta a un reto inmediato con sistemas logísticos anticuados. En comparación con el resto del mundo, todos los países de la región están por detrás de sus competidores asiáticos en el Índice de Desempeño Logístico 2023 del Banco Mundial, que clasifica la competitividad y la eficiencia de las infraestructuras. Ninguno de los países analizados se encuentra en el cuarto superior de la clasificación, en claro contraste con Estados Unidos, que ocupa el puesto diecisiete de 138. Para maximizar los beneficios del nearshoring, es esencial contar con infraestructuras de transporte de alto rendimiento que reduzcan los costes de exportación y el tiempo de llegada al mercado estadounidense.Los puertos regionales juegan un rol crucial en este esfuerzo. Asimismo, la infraestructura de telecomunicaciones de la región también está rezagada. El elevado precio de Internet fue el obstáculo más citado para el acceso a Internet por los encuestados en un estudio del Banco Mundial de 2021 sobre la región. Las barreras de la región analizada para acceder a Internet a precios asequibles tienen mucho que ver con los elevados precios del espectro, que duplican el precio de sus homólogos europeos, lo que reduce la inversión de capital en nuevas redes.
Segundo, existen hoy en día barreras administrativas que impiden el comercio intrarregional centroamericano, que podría facilitar coproducción en beneficio del nearshoring. A pesar de ser la subregión mas integrada de América Latina, barreras administrativas como los elevados costes de transporte, los procedimientos aduaneros divergentes y la falta de servicios, plantean los mayores retos al comercio intrarregional, a pesar de las bajas medidas arancelarias y no arancelarias. A las barreras administrativas contribuyen la falta de tecnología en los pasos fronterizos, que hace que los procesos aduaneros sean lentos, así como la divergencia en la regulación de las medidas sanitarias y fitosanitarias en cada país. Para ello, se recomienda a los gobiernos aprovechar la modernización normativa y la armonización de los procesos aduaneros para mejorar el comercio intrarregional y la coproducción.
Tercero, para ofrecer un clima de inversión atractivo, las matrices energéticas y fuentes de electricidad necesitan ofrecer sostenibilidad y fiabilidad. Excluyendo a Costa Rica, donde la matriz energética es casi totalmente renovable, los países de la subregión tienen una media del 45% de generación de energía renovable.15 Aunque esta cifra es relativamente alta -las cuotas de China y Vietnam son del 23% y el 41%, respectivamente-, los países de la subregión tienen espacio para crecer y convertirse en proveedores competitivos de energía renovable. Las matrices energéticas pueden definir el tipo de inversión nearshoring que reciben los países, facilitando la inversión en industrias intensivas de energía en países con bajo uso de combustibles fósiles, y restringiendo a los países con alto uso de combustibles fósiles a la inversión en industrias menos intensivas en energía.
Cuarto, los gobiernos centroamericanos tienen que ofrecer certeza legal y fortalecer sus instituciones. Éstas crean los entornos normativos en los que operan las empresas, proporcionándoles la seguridad jurídica que necesitan para tomar decisiones de inversión. Según el Índice de Estado de Derecho del World Justice Project -que mide el cumplimiento de la normativa, la ausencia de corrupción, el gobierno abierto y las limitaciones de los poderes públicos- países como El Salvador, Guatemala, y Honduras se sitúan en la mitad inferior. Una solución integral requiere un enfoque a medio plazo que abarque a todo el gobierno y se centre en hacer que las instituciones gubernamentales sean más eficientes y transparentes (por ejemplo, esfuerzos anticorrupción en todo el proceso electoral y político, y respeto a los entes reguladores autónomos). Sin embargo, los gobiernos pueden hacer avances asegurando liderazgo político para avanzar políticas de gobierno digital dentro de las agendas nacionales, y en un segundo paso, tratar de fortalecer los esfuerzos de digitalización a través de estrategias nacionales de gobierno digital integrales y con visión de futuro.
Una nueva constelación de poderes en Washington brindará una oportunidad única para países centroamericanos. Aprovecharla dependerá de estos gobiernos.
Leonor Selva es Abogada, con Maestría en Políticas Públicas. Martin Cassinelli es investigador en el Adrienne Arsht Latin America Center del Atlantic Council