El memorable filme “The Silence of the Lambs” (“El Silencio de los Corderos") nos asocia a la doble moral de nuestro siglo donde se condena -por ejemplo- al narcotráfico y se amnistía al crimen de guerra. La trama de la película trata sobre una agente en entrenamiento del FBI (Jodie Foster) que busca la ayuda y consejo de un brillante asesino para poder capturar a otro asesino -el doctor “Hannibal Lecter”- protagonizado por Anthony Hopkins. En la trama del filme, Hannibal Lecter es un psiquiatra que a la vez es un psicópata violento y antropófago (que devora partes de cuerpos humanos). Nuestra era marca por igual una doble moral: condena al narcotráfico y otorga amnistía a la “antropofagia” del crimen de guerra como al letal armamentismo mundial. La expandida red del narcotráfico transa estupefacientes a cambio de dinero y armas que van a parar al crimen común o las masacres geodésicas. Así es la justicia moral del “Vir Bellator” (Hombre de la guerra) de nuestro siglo. Allá donde encontramos a otros “Hannibal” -ya no del celuloide digital- sino del macabro cinema trágico de la realidad.
“Hannibal”, narcotráfico y amnistía a crimen de guerra
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