“El final de nuestras vidas es cuando callemos” -expresó Martin Luther King (Premio Nobel de la Paz, 1964 y asesinado en Memphis, Tennessee, en 1968). Líder estadounidense anti guerra y anti racismo, emprendió una lucha pacífica por la igualdad y derechos civiles de los afroamericanos. Sus palabras nos recuerdan al gran silencio mundial ante el siniestro drama genocida de nuestra era. “No me duelen los actos de la gente mala. Me duele la indiferencia de la gente buena” -expresó en otra oportunidad el viviente protagonista de “I Have a Dream”. “Los castigos de la sociedad son pequeños en comparación con las heridas que infligimos a nuestra alma cuando miramos para otro lado”-agregó. “La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: sólo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio: sólo el amor puede hacerlo” -finalizó. Es así como nuestra hipócrita y poderosa civilización androide -sin sentimientos humanos de piedad, justicia ni amor divino- calla en sus discursos programados de Inteligencia Artificial (I.A.) en redes y declaraciones públicas. El actual libreto anti historia nos lanza al similar e infernal abismo de “El Silencio de los Corderos” (“The Silence of the Lambs”) donde en su afiche una mariposa de alas abiertas cierra la boca de una bella y joven víctima viviente.
M. Luther King y el “silencio de los corderos” actual
.