Es el civilizado “simio humano” mirando al Universo, como viéndose a sí mismo: profundo, infinito, desconocido, sin gracia divina e incomprensible. Teniendo el amor lo habrá herido; teniendo el paraíso lo habrá perdido; teniendo la verdad la habrá negado; teniendo riquezas será pobre; con un espejo entre sus manos, será el gran desconocido de sí mismo; lo dulce y valioso de la paz lo habrá vendido al mejor postor. Siendo “los ojos de la Divinidad que ve a su creación” no podrá verse en el Cosmos, anchuroso y eterno. Inmerso en el oscuro sueño habrá olvidado despertar y comprender que es uno solo con Dios y el universo. El portugués Fernando Pessoa dijo al respecto: “Atiendo a todo siempre soñando. Somos dos abismos: un pozo mirando fijamente al cielo.” Luego agrega: “Soy ellos dos, y ambos mantienen la distancia -hermanos siameses- que no están unidos.” Refiere a la imposible unión del mundo entre razas, pueblos, culturas y civilizaciones. Así intenta el homo sapiens estelar llegar al universo en su imposible odisea espacial, sin poder llegar a su propio universo interior. El mismo con el cual, es uno solo; “hermanos gemelos” -como expresara Pessoa- en el “pozo y cielo”, viéndose el uno al otro. Uno de ellos en su vasta eternidad; el otro en su ínfima, cruel, miserable y sapiente pobreza espiritual.
Prehistórico hombre moderno viendo al universo
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