La canasta básica urbana bajó más de $10 dólares entre agosto y septiembre en El Salvador, lo que conforma una caída importante en este indicador, que alcanzó su cifra récord en julio. La disminución de la correspondiente al campo fue más discreta, con $1.10.
En septiembre, la canasta básica urbana llegó a los $249.26, $10 más barata que la registrada en agosto ($259.97) y $15 menos que la de julio, que casi rozó los $265, el punto más alto desde que existen registros. Respecto a la rural, el mes recién pasado el dato fue de $176.21, solo un poco menos que el precedente, de $177.31.
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El de la canasta básica es un indicador importante porque es la herramienta con la que se mide la pobreza relativa (no ser capaz de comprar dos) y la pobreza extrema (no alcanzar para una) en un país. Por tanto, cuando esta sube, también lo hacen las estadísticas de pobreza.
La canasta básica urbana fue la más baja desde mayo de 2023, pero todavía se encuentra muy lejos del punto en el que los precios de los alimentos comenzaron a crecer con más velocidad que el promedio de los productos, en octubre de 2021. En septiembre de ese año, el precio fue de $212.55. Es decir que, gracias a esta escalada inflacionaria, en El Salvador lo más básico para alimentarse fue, solo 36 meses más tarde, $37 más cara.
A pesar de esto, esos $10 de disminución respecto a septiembre son todo un alivio tras meses de aumentos, con las verduras como principales protagonistas. Por ejemplo, el mes en el que se registró el récord (julio), si el análisis del incremento se hace de manera interanual (comparando julio de 2023 con julio de 2024), esta frase es irrefutable, pues el alza del precio de la canasta básica urbana en general en ese periodo fue del 4 %. En las verduras, en cambio, fue del 48%.
Algo parecido ha pasado en esta disminución, pues las verduras disminuyeron sus precios entre agosto y septiembre en un 21%.
Para Danilo Pérez, del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), esta tendencia está relacionada con varios factores. El más importante en su opinión es la disminución en la producción de verduras en el país con respecto a los años anteriores.
Sus palabras se basan en las cifras oficiales. Según el "Anuario de Estadísticas Agropecuarias" del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), entre los ciclos 2018/2019 y 2022/2023 (último para el que hay registros) cuatro de las seis verduras incluidas en la canasta básica presentaron una caída en la producción nacional en el número de quintales y en manzanas cultivadas.
Que la producción local de verduras disminuya se traduce en una mayor necesidad de importarlas y, por lo tanto, se cae en un grado de dependencia alimentaria más alta con respecto a los países exportadores. El resultado final es que El Salvador también importa la inflación de esos mercados.
"El tema acá es cómo el gasto público se está orientando a determinados sectores de la economía, pero no a la producción de estos alimentos. Hay una relación directa entre baja producción y aumento de precios. Y cada vez hay una mayor contracción en el gasto para la producción nacional", dice Pérez.
De allí que esta disminución en los precios sea solo consecuencia de una tendencia estacional, no de ninguna de las medidas adoptadas por la gestión de Nayib Bukele. La caída de los precios se repite en toda la región.
Todos los países de Centroamérica han presentado deflación en los alimentos y bebidas no alcohólicas en septiembre respecto a agosto de 2024
El país con la mayor diferencia entre los índices de precios al consumidor de este rubro entre agosto y septiembre fue Nicaragua, con una deflación del 2.32 %, seguido por El Salvador (1.83%) y Costa Rica (1.31%), un país que lleva un buen tiempo con registros de inflación negativa.
"Lastimosamente, lo más probable es que esta tendencia vuelva a cambiar allá por diciembre, cuando comienza a entrar el verano. Volveremos a ver un aumento de precios, pues las condiciones no han cambiado", advierte Pérez.