Es la víspera del primer aniversario de la muerte por suicidio de José Luis Santos, un estudiante de periodismo de la Universidad de El Salvador, su madre, Martha Santos, preparó flores de cera y listones durante una tarde lluviosa de septiembre.
Las flores amarillas y blancas, colores símbolo de la lucha contra el suicidio, las colgó en el que el puente o pasarela de la calle San Antonio Abad, donde su hijo murió, en octubre de 2023.
"El momento más difícil no es el velorio ni el entierro, yo no lloré", confiesa.
Durante el lapso de este primer año, Martha asistió a sesiones de terapia con una psicóloga, se cambió de vivienda y logró establecerse en un nuevo empleo. "José es el hijo más valiente que he tenido, no me avergüenzo de él, cómo cree la gente que debería de sentirme", expresa.
Para la madre el momento más difícil fue llegar a su casa y darse cuenta de que no iba a volver a ver a su hijo y pese a ello, todos los días, al caer la noche, aún se acerca a la puerta de su vivienda con un sentimiento de que en cualquier momento José llegará.
El tema de los supervivientes de suicidio es poco, o nulamente, tratado en El Salvador. Muestra de ello es la Primera Encuesta de Salud Mental, presentada en marzo de 2023 por el Instituto Nacional de Salud, en donde el tema se limita a la ideación suicida.
Este apartado señala que de la población entre los 18 a 59 años consultada, el 2.2% tiene un riesgo moderado alto de ideación suicida, sin mencionar las causas.
Según la Organización Mundial de la Salud, por cada suicidio perpetuado se producen otros 20 intentos. Un suicidio afecta directamente a una media de seis personas del entorno de la persona que murió por esa causa. Para Martha, la vulnerabilidad como familiar ocurre por los sentimientos de impotencia, culpa y remordimiento que afloran en el proceso del duelo.
"La culpa como madre, porque pienso que pude haber hecho más para pelear junto a mi hijo con lo que él estaba pasando". dice.
La asistencia psicológica durante el duelo es importante y Martha la buscó desde el primer momento. "La culpa es el tema principal que trate durante este proceso, creo que esa nunca se va", expone la madre. En la terapia, Martha encontró un desahogo, pero también aprendió mecanismos como sobrellevar esta situación, aunque su proceso quedó a medias porque
tiene otro hijo a quien recientemente le diagnosticaron con síndrome de Asperger y ha tenido que enfocar sus recursos en las terapias de él. Martha comenta que también participó en grupos de duelo "pero estos no estaban enfocados específicamente al tema del suicidio".
"La insensibilidad me afecta más que la ignorancia"
Martha habla con total fluidez sobre el tema sin quebrarse en llanto, esto es debido a que para ella José está descansando; sin embargo, recalca que durante este tiempo se ha dado cuenta de la falta de empatía que la sociedad salvadoreña tiene sobre este tema.
Mientras en su duelo se ha despertado un sentido más alerta de empatía a los sentimientos de las personas, otras le han demostrado lo insensible que es la sociedad y lo estigmatizado que es el tema de la salud mental y como tal el suicidio.
"Las personas de la iglesia hablan cosas terribles, que mi hijo hizo un pacto con el diablo, que pecó y que no tiene perdón de Dios. En otros lugares me han dicho que mi hijo estaba loco y que por ende yo lo estoy también", se lamenta.
Martha confiesa: "Vivo no solo con la pérdida de mi hijo, sino también con el constante señalamiento de otras personas, quienes afirman que esta situación ocurrió por la falta de la fe en Dios. La iglesia debería ser un refugio, no un espacio más donde se es juzgado".
La madre añade que también en otros espacios de convivencia se han hecho comentarios despectivos hacia ella y su hijo, lo que la ha llevado a evitar hablar en público de su vivencia y sus sentimientos, en afán de repeler ataques que la lastimen.
La psicóloga Kathy Ramírez, quien a través de su clínica está construyendo el proyecto Salud Mental al Aire Libre, asegura que este tipo de comentarios proviene de la gran estigmatización y falta de sensibilidad sobre la salud mental que existe aún en el país.
"La psicología y los psicólogos no vamos en contra de la religión, la salud mental es parte del trabajo en conjunto entre la mente, el cuerpo y la parte espiritual. No tiene nada de malo ir al psicólogo y a la iglesia al domingo, es complementario", explica.
La OMS recalcó en septiembre pasado, mes en el que se emprenden jornadas de prevención de suicidios, informa que las causas de la muerte por suicidio son múltiples, pueden ser por factores sociales, culturales, biológicos u otras presentes a lo largo de la vida.
Atentar contra la vida ocurre en la mente de las personas de forma impulsiva, quienes viven una situación de crisis cuando no se siente capaz de enfrentar factores muy estresantes , por ejemplo problemas económicos, conflictos de pareja, enfermedades o dolores crónicos.
"El motor para seguir"
Aunque a primera vista la templanza es una virtud en Martha, ella recalca que es duro y que su inspiración para seguir adelante son sus tres hijos que le quedan, uno de ellos de siete años.
"Aún quiero retroceder el tiempo y aplicar las otras opciones que me di cuenta, después, que tenía para ayudar a José", lamenta la madre.
Martha aún tiene las pertenencias de su hijo fallecido, gran parte de ellas las guardadas en cajas en una bodega donde también guarda otras cosas que trajo de su antigua casa. Ella cree que su mayor apoyo ha sido su hija mayor, con quien constantemente se consuelan, pues la menor aún está en proceso de asimilar, mientras que el más pequeño repentinamente revive recuerdos de José, pues era quien lo cuidaba e iba por él a la escuela.
La madre, también, ha encontrado apoyo en amigos de José, quienes en instantes llegan a visitarla, a compartir una comida y platicar.
Durante el aniversario de la muerte de José, algunas de estas personas la acompañaron en una misa y luego al puente en donde hicieron un homenaje, colocando velas y sonaron algunas canciones favoritas de él.
La OMS ha establecido el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y la Federación Mundial para la Salud Mental estableció el 10 de octubre como el Día de la Salud Mental.
Según el Ministerio de Salud, el Policlínico Arce institución que actualmente atiende la mayoría de pacientes de salud mental, a través de la Unidad de Emergencias Psiquiátricas, ha atendido en los últimos tres años 311 pacientes con intento, idea o riesgo suicida a causa de trastornos de ansiedad, depresión, ataques de pánico, bipolaridad y por consumo de sustancias.
Mientras que cada año, según los últimos datos que brindó el Instituto de Medicina Legal, hasta 2022, cada año se registran entre 500 y 600 suicidios.
