Por Me refiero a los jóvenes de la generación Z, que nacieron cuando las TICs, tecnologías de la información y la comunicación, ya eran una realidad y desde muy pequeños sus padres les compraron su primer tablet. Y la verdad, es que no sabemos qué viene después, pues los niños y niñas, prefieren tablets que juguetes y en lugar de aplicar su curiosidad y creatividad, reciben quietos y absortos, una inmensidad de información como sujetos de consumo.
Pero la pregunta ¿qué pasa con los Zs? es porque leyendo reportajes que recibo de EEUU y la UE, encontré coincidencias, sobre cómo las empresas no están satisfechas con sus nuevas contrataciones de jóvenes de la generación Z y después de un corto tiempo son despedidos, y lo complicado de esta situación, es que podrían evitar en el futuro contratar recién graduados.
Una de las razones, dicen, es que no están preparados para el mercado laboral tal como es. Un informe parte de una encuesta a casi mil gerentes, que indica, que uno de cada seis empleadores se mostraba reacios a contratar jóvenes de la generación Z, porque son arrogantes, delicados, un tanto prepotentes, adictos al IPhone y fácilmente se sienten agredidos y ofendidos.
Algo puede ser cierto… Hace dos años contraté a una recién graduada en comunicaciones y después de un mes de trabajo, que ya había visto en muchas ocasiones cómo interconectar y sincronizar una computadora con una pantalla y un pronter, al ver que tardaba y no conseguía interconectarlos, cuando dije un poco molesto: “no entiendo como una licenciada en comunicaciones no sabe interconectar los tres sistemas”. Muy molesta respondió, que no podía tolerar ese tipo de comentarios... Tomo su cartera y se fue.
Pero continuando con el informe, más de la mitad de los gerentes dijeron que esta generación Z carece de ética laboral, de motivación, tienen dificultades con la comunicación y no maneja bien la retroalimentación. Holly Schroth, profesora de la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California en Berkeley, explicó que la Generación Z, al focalizarse en actividades extracurriculares para aumentar su competitividad universitaria en lugar de adquirir experiencia laboral, les ha creado expectativas poco realistas sobre el lugar de trabajo y cómo tratar con sus jefes, no conocen las habilidades básicas para la interacción social con clientes y compañeros de trabajo y no saben bien cómo comportarse en el lugar de trabajo.
Aunque pueden tener conocimientos teóricos, carecen de la experiencia práctica del mundo real y las habilidades sociales para tener éxito en el entorno laboral. Tienen dificultades para administrar su carga de trabajo, llegaban tarde con frecuencia y no se vestían, ni hablaban adecuadamente.
Yo, sin embargo, creo que no todos los recién graduados son como los describen; hay muchas excepciones. En décadas anteriores, también se cuestionó a las generaciones de esos años, desde la del movimiento del 68, por su rebeldía política y formas de vestir, dejarse barba y pelo largo. Muchos, hoy son empresarios o profesionales respetables, como lo serán en el futuro, los de la actual generación Z.
Por mi experiencia en integrarme como ingeniero recién graduado en dos multinacionales en Alemania y en España, en las muchas empresa como consultor y específicamente para enseñar a un joven ingeniero de la familia, cómo integrarse y crecer en una gran empresa, preparé el “Manual para integrarse y crecer en una empresa” (https://www.amazon.com/dp/B0C9612XBM) que contiene los 50 consejos para jóvenes graduados, sobre cómo ser aceptado y en poco tiempo formar parte del equipo de personas que ya trabajan en la empresa, entender la organización y adaptarse a la misión, la visión y la cultura de la empresa. Pasar de la casa y la universidad a un empleo requiere dedicación.
Ingeniero / pedroroque.net
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