El ejército israelí anunció el jueves 17 de octubre la muerte de Yahya Sinuar, líder de Hamás, durante una operación en la Franja de Gaza. Para los familiares y asociaciones de los rehenes, es ahora o nunca impulsar su liberación. Todavía hay 101 rehenes en manos de Hamás.
Con nuestro enviado especial a Jerusalén, Nicolas Feldmann
Como casi todas las noches, Sarah se acercó a la carpa levantada hace un año para sostener uno de los retratos de los rehenes. “Realmente no sé cómo sentirme, porque obviamente no creo que Hamás deba existir. Pero al mismo tiempo, no puedo alegrarme cuando alguien muere. Al fin y al cabo, la perspectiva de llegar a un acuerdo es un gran paso adelante”, señala a RFI.
En cuanto se anunció la muerte de Yahya Sinuar, el Foro de Familias de Rehenes hizo un llamamiento al gobierno para que aprovechara el momento.
“Nos encontramos en un punto de inflexión. Los objetivos fijados para la guerra contra Gaza se han alcanzado, con la excepción de la liberación de los rehenes. Sinuar, al que se calificaba de obstáculo importante para un acuerdo, ya no está vivo. Es esencial que toda la atención se centre ahora en lograr el objetivo de un acuerdo que garantice la liberación de nuestro hijo Omer y de los demás rehenes”, explica Ronen Neutra, padre de un rehén secuestrado el 7 de octubre.
101 rehenes siguen en Gaza
“Por supuesto que es una buena noticia que Yahya Sinuar ya no esté con nosotros, pero no podemos estar contentos hasta que todos los rehenes hayan regresado. No buscamos venganza, ni la muerte de quienes mataron a los seis rehenes”, explica Gil Dickman, primo de Carmel Gat, uno de los seis rehenes hallados muertos a finales de agosto en Gaza. “Lo que queremos es la liberación de los 101 rehenes. Siguen en manos de Hamás. Así que hay una oportunidad real de sacarlos y traerlos a casa. Debemos aprovechar el momento y la oportunidad para recuperarlos. La venganza no es suficiente. La vida debe ser lo primero. Debemos salir victoriosos de esta horrible batalla”.
El jueves 17 de octubre, Benjamin Netanyahu abrió la puerta al diálogo, declarando que “quienes depongan las armas y devuelvan a los rehenes” podrán “vivir y marcharse”.