La experiencia me ha enseñado que entre pensar y no pensar es mejor pensar y aprender. Quiero decir, que es mejor antes de hacer algo, dedicar unos segundos a pensar y decidir cómo hacer.
Por ejemplo, para atravesar una calle con mucho tráfico, si esperar tres, cuatro, cinco o más minutos hasta asegurarse que no vienen vehículos y atravesar la calle arriesgándose a paso ligero, o cruzarla utilizando el paso de peatones, o la pasarela, a solo veinte metros. ¿Sabe por qué mucha gente, incluso con niños de la mano, prefiere atravesar la calle de forma arriesgada para ellos y los motoristas, que por el paso de peatones o la pasarela?
Yo no lo sé, pero supongo es la misma actitud del que maneja, versión "sálvese quien pueda", saltándose las reglas de respeto al semejante y de tránsito, y que si alguien le dificulta su paso, o realizó una maniobra que le obliga a reducir la velocidad o un pequeño viraje, le premia con los tres pitazos…
En Leipzig, Alemania, se celebró del 21 al 24 mayo 2024, la cumbre Foro Internacional del Transporte, la mayor reunión de ministros de transporte del mundo y el principal acontecimiento mundial en materia de política de transportes, en la que seguramente, supongo, hubo representación de El Salvador.
Leyendo las conclusiones hay varios aspectos que interesa comentar. El primero sobre la relación entre la industria del trasporte, las industrias relacionadas y el medioambiente.
Globalmente, todas las personas requerimos de transporte, bien propio o público y lo mismo todas las empresas para llevar las materias primas a los lugares de producción y prestación de servicios y las entregas a sus clientes mediante los distribuidores. Las exportaciones, importaciones y el turismo funcionan gracias al transporte, terrestre marítimo y aéreo. Y así como crece el transporte, también el impacto sobre el medio ambiente.
Para los gobiernos el mensaje es la necesidad de leyes y reglamentos que regulen el transporte, y hacerlos cumplir, para contribuir a la descarbonización, es decir, la reducción de la contaminación con CO2 de la atmósfera.
Aquí circulan buses y microbuses que cada vez que arrancan dejan a la gente en las paradas una buena dosis de humo negro, que además, es desperdicio de combustible.
Para la industria de los motores, el reto es el desarrollo de nuevos tipos de motores que utilicen más eficientemente los combustibles y otras energías y para la industria de los combustibles, el desarrollo de combustibles mucho más eficientes.
Otro aspecto importante, medido en el número de accidentes de tránsito que suceden en el mundo y en cada uno de los países, es el incremento de la "inseguridad vial".
Según la OMS, anualmente pierden la vida en accidentes de tránsito 1.200.000 personas, a los que hay que sumar los que quedan inválidos.
En la relación "máquina-persona" en las motocicletas, la mayor parte de los accidentes, en nuestro país, no es la máquina la que falla, sino lo temerario y el irrespeto a todas las reglas del humano que las maneja; a diferencia de los buses y las rastras, que son las maquinas a las que "se les van los frenos".
Nunca tuve moto y me imagino que la sensación de ser el "as y dueño" de las calles sube el nivel de adrenalina, para acelerar y hacer mucho ruido y que la gente los vea y admire. Pero las causas de los accidentes aquí siguen siendo las falsas prisas, el exceso de velocidad, el efecto de los estupefacientes, la falta de mantenimiento, los hoyos y túmulos en las calles y el descuido y la temeridad de los peatones. Lo dicho al principio, ¡es mejor pensar y aprender!
Pedro Roque / pedroroque.net
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