España dejó grandes herencias a El Salvador, como la Fe cristiana y el idioma castellano. Sin embargo, hubo una en particular que también está muy presente justo en el fútbol.
Nos referimos a la pasión desbordante por dos equipos súper polarizadores en nuestra sociedad y diminuto país. No hace falta que los mencione.
Pero por si las moscas, claro, Real Madrid Club de Fútbol y el Fútbol Club Barcelona.
Lamentamos decirles, amigos españoles quienes le van al Cádiz, que los hinchas de cepa que tienen al club gaditano como número uno en sus corazones, son muy contados por estas lindes.
Aquí una mayoría aplastante le va a los merengues, o a los azulgranas.
Alguno que otro le va a otro equipo, como mi amigo Jaime Fernando Menjívar quien le iba al Valencia CF, harto de la tensión innecesaria que pesa sobre los dos equipos que arrasan en Cuscatlán.
O también como el ingeniero Miguel Chain, esposo de una clienta de mi madre. Le iba al Osasuna y viajaba regularmente cada vez que podía para ver al equipo, especialmente en El Sadar.
La avasallante pasión por el Real Madrid y Barcelona en El Salvador, no está claro, desde cuando empezó a crecer como la espuma en El Salvador.
Algunos muy privilegiados ya eran fanáticos del equipo antes de los Acuerdos de Paz en 1992, cuando se permitían viajar a España para ver al equipo de sus amores.
O también, cuando hacían inmensas inversiones para tener una o dos antenas parabólicas y captar la señal análoga de la televisión española. Artefactos característicos de viejos barrios altos en la Zona Metropolitana.
Sin duda, una comunidad muy, pero muy reducida. LaLiga no iba para ese entonces en tevé abierta y la tevé cable era inexistente.
Con la llegada te la tv cable particularmente tras la firma de los Acuerdos de Paz, quienes podían pagar cientos de colones para instalar el servicio comenzaron a disfrutar de LaLiga y el Clásico, lógicamente.
En la tv abierta los primeros juegos de LaLiga se empezaron a transmitir, por lo general, en diferido.
Dado a la gran popularidad en España del Barcelona y Real Madrid, los únicos juegos transmitidos sólo eran los que libraban ambos equipos. Rara vez de un tercero.
Un día veías al Barcelona jugar contra el Santiago de Compostela, otro día veías al Real Madrid enfrentando al Salamanca.
Pasó un buen tiempo en el que las transmisiones en diferido fueron la gran mayoría, el domingo por lo general iban las en vivo.
A inicios de los años 2000 en El Salvador los usuarios de la tevé cable eran quienes más disfrutaban de los duelos en vivo hasta de otros equipos como el Celta de Vigo o el Deportivo de La Coruña.
Ya había un público razonable para el mercado local, pero seguía sin ser masivo ya que el servicio alcanzaba muy poco o nada al interior del país. La capital y alrededores eran el nicho.
En la Zona Metropolitana empezó todo a polarizarse poco a poco con la llegada del nuevo milenio. Tanto que algunos centros comerciales instalaban pantallas gigantes con tevé cable para atraer consumidores.
Hablar del Barcelona y el Real Madrid ya era común en las nuevas generaciones, aunque no todos tuvieran la chance de poder ver semana a semana los juegos de su equipo favorito.
Finalmente, la televisión abierta compró los derechos de LaLiga y ahí se prendió la cosa allá por el 2003. El Clásico Español ya no era privilegio único para quienes tenían tele satelital.
De 2003 a 2006 varias generaciones se contagiaron a lo largo y ancho del país y quedó instalado en el caló popular el duelo entre azulgranas y merengues.
El fuerte carácter polarizador llevó en aquellos años la rivalidad a esferas políticas y sociales. Con el auge de internet en aquellos años, la pasión crecía.
Ya muchos universitarios y adultos con acceso a internet, se enteraban sin haber viajado, que ser del Barcelona o del Real Madrid era algo más que una camiseta.
Algunos se alegraban porque su equipo coincidera con su ideología política o religiosa, otros, preferían no hablar del tema ya que les acarreaba más problemas.
En 2007 un servicio de televisión satelital compraba los derechos para transimitir LaLiga en El Salvador y nuevamente sólo unos pocos pudieron ver el clásico en el inicio de esa era monopólica.
Varios restaurantes y bebederos del país, por su poder adquisitivo, empezaron a adquirir el servicio y coparon asientos y hasta sus baldosas con fanáticos de ambos equipos.
El tema de elegir a uno u otro era cuestión de pertenencia, de estar en el lado correcto, del bueno o del malo. Pertenecer a una comunidad de hinchas, o aislarte.
El clásico encontró a una sociedad de gran carácter polarizante, un nicho perfecto para afincarse.
Lo oscuro de la situación es que esta "herencia española" trajo situaciones terribles a los bares. Ir a ver al clásico en algunos sitios era un deporte extremo.
Como quizás, lo era de mucho más riesgo, andar en el día de un clásico la camiseta blanca o la azulgrana. Eso podía significar, dependiendo de a dónde te movieras, desde unos rasguños, hasta la hospitalización o la muerte.
A mediados de la pasada década ver el clásico fuera de casa ya no era una prioridad, y el duelo pasó a ser más disfrutado en las casas; con las respectivas bebidas alcohólicas y algo más.
Con la llegada de los servicios de streaming con cada vez una oferta más amplia, el clásico dejó de verse únicamente en la compañía que tuvo el monopolio por más de una década.
Los bares se siguen copando pero muchos ya sin la intensidad de antes, varios de los recintos siguen careciendo de la seguridad suficiente como para garantizar tranquilidad a sus usuarios.
Pero los incidentes han disminuido, aparentemente.
También, con el auge de las páginas piratas que ofrecen ver el juego, ya no se ven tantos aficionados preocupados por ir a centros comerciales u otros sitios públicos para verlo.
El juego sigue siendo disfrutado por las masas en El Salvador, pero ahora de forma diferente con el acceso más asequible de internet.
Dejando la tevé de lado, hay quienes se endeudan o gastan sus ahorros para ir a ver al equipo de sus amores.
Los más afortunados van también para turistear en las cercanías de los aclamados estadios, lo que les hace generalmente presumir desde las redes sociales.
Hay de todo tipo de aficionados. Desde quienes te sacan el tema de una Cataluña libre hasta quienes no conocen ni un tan solo jugador del actual plantel de A o B equipo.
Pero no hay duda, que dicha "herencia" vino para quedarse. De manera que, como consecuencia, también lo resintieron las tres divisiones profesionales de fútbol en el país.
Sobre todo, la Primera División. Los alcances exactos sólo podrían estimarse con un estudio, pero es algo que se halla a la vista.
Real Madrid y Barcelona llegaron para quedarse en El Salvador. En el Día de la Hispanidad, les recordamos a ambos.