El Salvador vuelve a los mercados internacionales para intentar recomprar los bonos en circulación que están en manos de inversionistas extranjeros, cuyos plazos de vencimiento van desde el 2027 hasta el 2052.
El presidente Nayib Bukele anunció este viernes, mediante su cuenta de X, que desde este 4 de octubre inicia el plazo y culmina el próximo 10 de octubre para que los poseedores de esos bonos salvadoreños acepten venderlos.
"Todos los que posean bonos de la República de El Salvador pueden acceder a esta recompra pública y voluntaria", dijo el mandatario en su mensaje, acompañado del documento con los detalles de la oferta.
De acuerdo a dicho documento divulgado por el sitio PRNewswire, son $633 millones del bono 2027; $529.5 millones del que vence en 2029; $1,000 millones del bono 2030; otros $286.45 millones del 2034.
También planean recomprar otros $1,000 millones del bono 2035; además de $653.5 millones del que vence en 2041; $1,097 millones del bono 2050 y otros $1,000 millones del que vence en 2052.
Pero además incluyen $1,000 millones de "bonos macro", es decir los bonos que salieron a colocar al mercado en abril de este año a una tasa de 12%, la más cara hasta la fecha. Aunque en este caso, según se explica en el documento, comprarían solo los intereses de esos bonos.
En total, todos los bonos en manos de inversionistas extranjeros suman $7,181 millones, los cuales tienen tasas de interés entre el 6.4 % y 9.5 %.
Los precios de compra ofrecidos por el gobierno se ubican entre los $24 y los $1,025.
Según el documento en el que se lanza la oferta, esta recompra "forma parte de un programa más amplio de El Salvador para gestionar su deuda pública externa de manera proactiva y promover ciertos esfuerzos de conservación y sostenibilidad en El Salvador".
VER: El Salvador acepta recomprar bonos por casi $487 millones
Añade que "El Salvador podrá, en el futuro, recomprar o redimir los Bonos no licitados o adquiridos en la Invitación, o recomprar o redimir otras de sus deudas públicas".
También se explica que "se reserva el derecho, a su entera discreción, de aceptar solo una parte de los bonos ofrecidos, de no aceptar ninguna o todas las ofertas y de extender o terminar la Invitación con respecto a una o más series por cualquier motivo".
Y afirma que esta operación "es parte de una transacción de refinanciamiento para realizar ahorros y promover ciertos esfuerzos de conservación y sostenibilidad de El Salvador".
En opinión de un experto economista, que prefiere no ser citado, "la estrategia para que sea afectiva (la recompra de bonos) debe involucrar una fuente de recursos, que pueden incluir ingresos propios, préstamos o una nueva emisión que contemple una reducción significativa de intereses, ya que los precios de los bonos están cercanos al 100% de su valor nominal. Por lo que no hay ahorro en capital, sino que solo será ahorro en intereses".
El especialista añadió que si el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) está por darse, como afirma el gobierno, "esa puede ser una buena fuente de financiamiento de bajo costo para esta operación".
Esta no es la primera recompra de bonos que lanza el gobierno en 2024. En abril, el gobierno recompró bonos con vencimiento entre 2025 y 2029 por $486.7 millones, incluyendo intereses. Y en 2022 realizó dos operaciones para comprar deuda externa de forma anticipada por $647 millones.
Según el economista Rafael Lemus, esta es otra gestión de deuda que le permite al gobierno extender los plazos de vencimiento. "Salir a recomprar a los mercados los bonos más próximos es una manera de ir limpiando los próximos vencimientos que tienen programados. Al limpiar esos vencimientos deja el espacio más libre para honrar los otros compromisos", opinó.
Lemus agregó que los esfuerzos que el gobierno ha venido realizando con la gestión de los bonos lo han tomado a bien en los mercados. Sin embargo, destacó que si bien se reduce el riesgo crediticio del país, todavía los bonos de El Salvador a 10 años de vencimiento están pagando tasas de hasta 9.70% de rendimiento, lo cual es alto.
"El gobierno sigue debiendo la tarea principal: resolver el problema de insostenibilidad de la deuda; no resuelve el problema fiscal, porque tenemos deuda alta con tasas de interés altas... es un riesgo si no se hace un ajuste", apuntó el economista.
