Por La 79ª. sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas se reunió en Nueva York del 2 al 27 de septiembre en medio de tensiones internacionales fuertes: guerra en Ucrania, ofensiva israelí contra el Hezbolá en Líbano después del conflicto contra el Hamás en la franja de Gaza, crisis política en Venezuela, desigualdades, tantos aspectos de una actualidad violenta.
A través del discurso de Joe Biden, que apareció como un legado a la historia, reafirmando la fuerza de Occidente, de Volodimir Zelenski afirmando que "su plan de victoria" consiste en "forzar" a Rusia a llegar a la paz afirmando que Irán y Corea del Norte suministran armas a Rusia, cuando el Emir de Qatar denuncia en acción de Israel en Gaza y el presidente de Brasil denuncia la gobernabilidad internacional actual, se puede medir la fuerza de las diferencias de visión. Por cierto, en Europa se planteó la idea de que el mundo contemporáneo atraviesa una "nueva guerra ideológica".
Las tensiones y conflictos actuales contribuyen a constituir bloques animados por dos objetivos diferentes: uno considerado como occidental, promueve el sistema internacional creado a raíz de la victoria de los Aliados en 1945: ONU, instituciones económicas y financieras que surgieron de los acuerdos de Bretton Woods
La gobernabilidad internacional se vuelve de actualidad mientras las armas truenan en Líbano, planteando la estabilidad no solamente en Medio Oriente sino, de nuevo, sobre el escenario global. El rey Abdallah II de Jordania llamó la atención sobre la situación cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que su país no dejaría a Libano volverse "un nuevo Gaza", a raíz del conflicto contra el Hezbolá llevado a cabo por Israel en nombre de su protección contra los ataques constantes de dicho movimiento.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo ante la Asamblea General de la ONU que su país está ganando una guerra contra Irán, que según él es quien dirige los ataques de la milicia chií Hizbulá contra el norte de Israel. "Tengo un mensaje para los tiranos de Teherán: si nos atacan, los atacaremos. No hay lugar en Irán que el largo brazo de Israel no pueda alcanzar, y eso vale para todo Oriente Medio", dijo.
Israel no serán "el carnero que va al sacrificio. Los soldados de Israel han devuelto el golpe con increíble valor y un sacrificio heroíco", dijo. "Y tengo otro mensaje para la Asamblea y el mundo fuera de aquí: Estamos ganando... Israel "no descansará hasta traer los rehenes a casa...
Irán favoreció el crecimiento del Hezbolá tanto como del grupo de los hutíes de Yemen. Estos últimos días, el grupo de expertos de sanciones de la ONU afirmaron que el grupo terrorista "pasó de ser un grupo localizado a capacidades limitadas a una potente organización militar" con la ayuda de los Guardianes de la Revolución iraní, del Hezbolá libanés e especialistas iraquíes".
El Mar Rojo está perturbado por los ataques constantes de los hutíes contra barcos queriendo perturbar el comercio marítimo mundial pasando por el Canal de Suez y golfo pérsico. Otro foco de tensión regional que se agrega a la temática de la gobernabilidad internacional que junta dos visiones: la defensa del sistema saliente y los que lo denuncian o por lo menos, lo quieren reformar.
El presidente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, afirmó en su declaración que África tanto como América Latina deberían tener un asiento permanente en el Consejo de seguridad.
Desde 1945, los Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido (los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial) tienen este estatus, 10 otros países siendo elegido cada dos años para ser miembros no permanentes. Por cierto, el mundo cambió mucho desde 1945.
La reforma de la ONU está planteada desde hace años: se necesita un voto de los 2/3 de los 193 países miembros y un acuerdo total de los miembros permanentes para que esta reforma se hiciese. Es decir, cuanto falta para llegar a un resultado que se ha vuelto aún más sensible en el contexto geopolítico presente. Para el presidente brasileño inscribió su llamado en una voluntad para evitar que se "divide el mundo, crear zonas de influencia, y volver a una guerra fría". Ejercicio bastante difícil: Brasil hace parte de los Brics tal como Rusia, grupo de países que representan 40% del comercio mundial y acceder de manera estructural, a los instrumentos de gobernabilidad global.
Las tensiones internacionales revelan que las intenciones están ahora desbordadas por los mecanismos e engranaje de seguridad, disuasión y proyección de equilibrio.
La Asamblea General de las Naciones Unidas que acaba de reunirse en la sede de la organización mundial en Nueva York fue el reflejo de esta realidad caracterizada por la emergencia de grupos de países con visiones antagonistas, aunque todavía en falta de coherencia tal y como es el caso para el "Sur global".
Pero los conflictos presentes aceleran un proceso de construcción de antagonismos que dejan entrever una nueva forma de confrontación de bloques establecidos sobre nuevas realidades internacionales dejando abiertos campos de violencia, relativismo moral abriendo espacios para nuevos usos de fuerza. Romper con este círculo o dejar los mecanismos instalarse vuelve ser el desafío presente de la comunidad internacional, tal como las declaraciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas demostró.