La primera temporada de Caitlin Clark en la WNBA llegó este miércoles a su fin tras su eliminación contra las Connecticut Sun en la primera ronda de los 'playoffs'. La primera elección absoluta del último draft se despidió sin poder conquistar el anillo, pero sí con una lluvia de récords dentro y fuera de la pista que llevaron a la liga estadounidense a otra dimensión.
El 87-81 sufrido este miércoles en el campo de las Sun, tras el 93-69 del primer partido, cerró con un 2-0 la serie de primera ronda de los 'playoffs'. Clark rozó el doble doble con 25 puntos y nueve asistencias, jugó 40 minutos de 40 y estuvo a punto de liderar una remontada épica en el cuarto período.
No pudo ser, pero su primer año entre las profesionales se cierra con una larga lista de marcas extraordinarias y con la seguridad de que la ex de Iowa acaba de empezar a forjar su legado.
A sus 22 años, Clark llegó a la WNBA llamada a llevar a la liga a otra dimensión. Batió todo tipo de registros en su paso por el baloncesto universitario con las Iowa Hawkeyes y, tras un comienzo complicado, iluminó con su juego los campos de la mejor liga de baloncesto femenino del mundo.
En su lista de marcas personales figuran: el récord de asistencias en una temporada de la WNBA, récord de triples para una jugador de primer año, primera 'rookie' en sellar un triple doble, 'rookie' con más partidos con diez o más asistencias, primera 'rookie' en firmar un partido de al menos 30 puntos y diez asistencias.
A nivel grupal, Clark llevó de la mano a las Fever a los 'playoffs' por primera vez desde 2016, después de que la franquicia de Indiana fuera colista en la anterior campaña.
Impacto dentro y fuera de la pista
Su impacto fue extraordinario dentro y fuera de la pista. El último partido de la temporada regular de las Fever, disputado en la Capital One Arena de Washington DC, reunió a 20.711 espectadores en las gradas, un nuevo récord de asistencia de aficionados en la liga de baloncesto femenino estadounidense.
Desde su paso por Iowa, los datos televisivos también certifican un crecimiento vertical de la popularidad del baloncesto femenino en Estados Unidos.
La final de la NCAA del pasado marzo perdida contra las South Carolina Gamecocks tuvo una media de 18.7 millones de telespectadores en las cadenas ABC y ESPN.
El pico de telespectadores alcanzó los 24 millones y hubo un incremento de un 89 % en audiencia respecto a la final de 2023, en la que también compitió Clark, y de un 285 % respecto a 2022.
Hay cola de patrocinadores para hacerse con los servicios de Clark, que firmó un contrato de ocho años con Nike por un valor estimado por los medios estadounidenses en 28 millones de dólares.
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