Disculpen que ocupe un pronombre personal átono (je,je) cuya formulación lingüística no me agrada, pero no encontré otra forma de expresarlo por escrito, así que lo expongo: en verdad que me “odio” a mí mismo cuando acierto sobre el avance de la degradación moral, la degeneración social y la destrucción institucional que produciría el bukelato. Lamento mucho que he acertado.
No se trata, por supuesto, de un poder de clarividencia, sino que, simple y sencillamente, es conocer un poco la historia nacional y de la humanidad, para saber con anticipación, que una DICTADURA siempre comprende las peores expresiones del poder político.
Y es que, en este mismo espacio, hace más de cuatro años, comenté que el bukelato estaba construyendo una CLEPTOCRACIA y expuse: “Esa palabra –cleptocracia- resulta de la unión de dos voces griegas, klepto, que significa “quitar, hurtar, robar”; y kratos, “mandato o gobierno”; así que, muy eufemística y elegantemente, el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) define cleptocracia como “sistema de gobierno en el que prima el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos”. En mi barrio quizá ocuparíamos algunas palabritas con mayor carga emotiva”.
En ocasiones me he referido al bukelato como un régimen dedicado a la extracción y apropiación de fondos públicos, así que, tristemente, vemos que día a día se está profundizando y extendiendo los tentáculos de la CLEPTOCRACIA SALVADOREÑA.
Ya es imposible que en un artículo de opinión puedan enlistarse todos los casos de CORRUPCIÓN que investigaciones periodísticas, de organizaciones de la sociedad civil y gobiernos extranjeros han expuesto sobre el bukelato: ya no sé qué son más, si las mentiras del dictador o las acciones de corrupción…aunque, quizá, la mentira es manifestación de la corrupción.
Como referirnos a la corrupción del bukelato ocuparía varios tomos, por ahora nos referiremos únicamente a tres manifestaciones de la aberración que aquélla ha provocado, específicamente las que hemos conocido en el último mes. Esto lo haremos en tres entregas sobre la CLEPTOCRACIA SALVADOREÑA:
- Primera: El “banquero central” más caro del mundo.
- Segunda: El arrabismo económico del clan gobernante.
- Tercera: La normalización de la corrupción.
Vamos hoy con el primer capítulo de esta saga.
Es generalizado en el mundo, que uno de los cargos públicos mejor remunerados en cada país es la presidencia o jefatura del banco central de reserva del país, llamados en otros estados “reserva” o “banco nacional”: esto se justifica en razón de la trascendencia de la labor de dicho puesto, dirigida esencialmente a mantener la estabilidad macroeconómica del país, sobre todo cuando existe política monetaria (de lo que El Salvador carece en razón de la “integración” monetaria con el dólar estadounidense…je,je…o, ahora, por el bitcoin…ja,ja).
Siendo así, en principio asemejaría que el salario o sueldo que percibe el presidente del Banco Central de Reserva de El Salvador (BCR), que según el sitio web de la institución misma es, en 2024, de US$13,500.00 al mes (en 2023 era, según el listado público de remuneraciones del BCR, de US$12,000.00 al mes…que “chivo” que en un año te aumenten el sueldo formal en US$1,500.00 al mes).
Sin que consista en una investigación sino un mero acercamiento al tema, hemos revisado sitios web de los bancos centrales de la región o notas periodísticas recientes, de lo cual se concluiría que el salario del “banquero central” de El Salvador está dentro del rango lo razonable, pues la remuneración del presidente del Banco de Guatemala es de US$12,000 al mes; el del presidente del Banco Central de Honduras es de US$12,000.00 al mes; el del presidente del Banco Central de Nicaragua es de US$18,000.00 al mes; y del presidente del Banco Central de Costa Rica, es de US$20,000.00
Sin embargo, esa aparente razonabilidad ha quedado descartada cuando en redes sociales se ha conocido el supuesto sueldo real del presidente del BCR de El Salvador, que es de un monto escandaloso para un país como El Salvador, una verdadera desvergüenza.
Así juegan dos amigos a adivinar el sueldo que se divulgó respecto de dicho funcionario:
- “¿Como el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América, que recibe US$16,000.00 al mes?...él incide en la mayor economía del mundo.
- No, tú…frío, frío…súbele, súbele.
- ¿Como el gobernador del Banco de México, que supuestamente percibe alrededor de US$18,000.00 al mes? Es que México es la segunda economía más grande de América Latina.
- Frío, frío…sube, sube.
- ¿Como el presidente del Banco Central de Chile, que supuestamente recibe US$20,000.00 al mes?
- Frío, frío…súbele con ganas.
- ¿Como el gobernador del Banco Central de República Dominicana, que supuestamente gana US$26,000.00 al mes?
- Frío, frío…sube más, más…tira fuerte, anímate.
- ¿Como la presidenta del Banco Central Europeo, que en 2023 ganó $41,000.00 al mes?
- Tibio…te acercaste, pero…sube, sube.
- Ah, no…ya no juego…esto ya es demasiado. Capaz me vas a decir que el banquero central de un país tan pobre como El Salvador gana más que el presidente de los Estados Unidos. Eso ya sería una corrupción terrible, impúdica en grado extremo.
- Pues te cuento que, según la información divulgada, el presidente del BCR salvadoreño, que lo demandaron porque aseguran que no cumple con los requisitos para el cargo, gana más que el presidente de los Estados Unidos, que el primer ministro de Reino Unido, que el canciller de Alemania, y no sigo con la lista.
- Ya me dio ganas de llorar: con gente casi muriendo de hambre en el país, que recibe menos de un dólar al día...y a un funcionario público le pagan un sueldo exorbitante. Una indecencia gigantesca”.
Así que, en realidad, en razón del tamaño de la economía salvadoreña y el escaso impacto del BCR nacional, estoy seguro de que en El Salvador tenemos al banquero central más “caro” del mundo (no digo que sea el que tiene la remuneración más alta…sino el más caro).
Abogado constitucionalista.