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Periodismo hoy

Periodismo y democracia, en la perspectiva de Baron, resulta ser una simbiosis. Por eso afirma que “la democracia es incompatible con sociedades sin una prensa libre e independiente. Y al revés: la prensa depende de la democracia para sobrevivir”.

Por Carlos Mayora Re
Ingeniero @carlosmayorare

Hace unos días cayó en mis manos una entrevista que Álvaro Sánchez León hizo a Martin Baron, ex director del The Washington Post durante casi diez años y otros tantos del The Boston Globe. Una leyenda del periodismo, ganador en equipo de un premio Pulitzer, y con una experiencia de más de cuarenta y cinco años en el mundo de la prensa norteamericana.

Cuando le pregunta el entrevistador acerca de la situación de los periodistas con respecto a los cambios introducidos por la inmediatez de la Internet, y la realidad de la Inteligencia Artificial como elementos disruptivos que están cambiando la profesión, Baron responde diciendo que hoy día los periodistas deben trabajar veinticuatro horas al día siete días de la semana, pues el público se ha acostumbrado a recibir lo que el llama “noticias instantáneas”, en un contexto cultural polarizado, sin matices, casi maniqueo.

Fruto de una sociedad dividida en sus apreciaciones sobre lo que pasa en la realidad, las intenciones de los personajes públicos y las causas profundas de todo lo que sucede, aparece también un desacuerdo profundo entre los mismos informadores. Una discrepancia que no raramente se transforma en un franco cinismo al servicio de agendas políticas, y/o puros y duros intereses económicos.

Venimos de un mundo en el que las pruebas, la verdad y la mentira eran no solo identificables, sino determinantes. Sin embargo, de la noche a la mañana, vivimos en un ambiente cultural en el que la importancia de la verdad, del respaldo investigativo de lo que se publica, de la honestidad periodística en definitiva, se han devaluado.

Como afirma Baron, esa crisis de la verdad en el seno de las sociedades, potencia también una crisis de la prensa, y de los otros medios de comunicación.

En ese río revuelto hay ganancia de pescadores, y preguntado por el entrevistador, Baron habla de Donald Trump y el modo como se relaciona con los medios de comunicación que no dicen lo que él quiere oír, o quiere que sus votantes oigan. Por cierto, Baron es un gran conocedor al respecto pues The Washington Post, bajo su dirección, hizo no una sino varias investigaciones a fondo sobre este político.

Explica cómo a partir del sentimiento generalizado de que la democracia como sistema de gobierno ha perdido vigencia Trump “se ha aprovechado (…) azuzando la desconfianza en el gobierno, en las supuestas élites del país, y en los medios de comunicación, y agravando la situación. Porque, en realidad, [piensa que] él es la única persona del mundo que puede arreglar las cosas y es el único ser humano del planeta que dice la verdad”.

Sin embargo, la moneda tiene dos caras, y por ello Álvaro Sánchez le habla de periodistas y medios de comunicación que ponen en la diana a personajes públicos y políticos simplemente por estar en las antípodas de su manera de pensar… a lo que responde: “el periodismo tiene un papel importante a la hora de hacer rendir cuentas a los poderosos, incluidos los políticos, pero eso no significa que tengamos que ser adversarios constantes de los políticos, adversarios constantes de los empresarios, adversarios constantes de cualquier institución o de cualquier persona con la que no estemos de acuerdo”, y dicho esto, apela a la honestidad, honradez e independencia que debe caracterizar el trabajo de un buen informador.

Periodismo y democracia, en la perspectiva de Baron, resulta ser una simbiosis. Por eso afirma que “la democracia es incompatible con sociedades sin una prensa libre e independiente. Y al revés: la prensa depende de la democracia para sobrevivir”.

De lo que uno puede deducir que tanto un periodismo despótico, tiranizante, como un gobierno o un político que compartan con algún medio de información dichas características, le hacen profundo daño a las libertades en general, y a la libertad de información en particular (vital para la existencia de la democracia).

Ingeniero/@carlosmayorare

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