Los perros, según la ciencia, hablan con la mirada, comunicando así el amor incondicional que a veces los humanos no podemos expresar con hechos y palabras. “La mirada de tu perro -reza un axioma- es el mejor espejo donde puedes comprobar la grandeza de tu alma.” ¡Amores “perros” del hombre y el can que -desde la prehistoria- conmueven y acarician el alma! Unidas desde tiempos remotos la raza humana y la canina han escrito su alianza de supervivencia con amor, lealtad y fraternidad. Recordemos la historia de “Hachiko”, el leal perro japonés que esperaba a diario en una plaza a su amo, incluso después de su muerte. Otra historia es la de “Mino”, mascota que no abandona la tumba de un niño de 2 años ahogado en Vietnam hace años. Desde entonces su perra pasa bajo el sol o la lluvia junto a la tumba de su pequeño amo. Otra historia es la de “Covito” un can que espera en las puertas de un hospital de Tamaulipas, en México, sin saber que su dueño falleció tras perder su lucha contra la peste del COVID-19. Otro caso similar es el de “Benito” el perro que visita la tumba de Johana, su dueña fallecida hace 4 años en Argentina. Sin embargo, su mascota, de raza caniche, le sigue mostrando fidelidad y cariño, esperando verle volver a casa.
Amores perros: dulzura y lealtad
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