Por Ahora su ídolo tiene su portada en TIME. ¿Y qué? ¿Piensan que es como un premio Nobel? ¿Piensan que el man ahora es el “hombre del año”? No jodan: En la portada de TIME han aparecido dictadores como Gaddafi de Libia, Kim Jong-Un de Corea del Norte, Hitler de Alemania, Stalin de la Unión Soviética, Mussolini de Italia, Franco de España, Pinochet de Chile, Putin de Rusia, Chávez de Venezuela, Mao y Xi de China, Idi Amin de Uganda, Saddam Hussein de Irak, Ceausescu de Rumania. En cada caso, la portada de la revista invitó a leer un artículo, que describía a estos líderes como strongmen, hombres que usan la fuerza; que gobiernan sus países de forma autoritaria, usando la persecución política y el miedo para concentrar el poder en sus manos.
Ustedes se alegraron cuando vieron la foto de su presi en la portada, pero no se molestaron en leer el retrato escrito que sale en la revista. Si lo hubieran leído, se hubieran dado cuenta que describieron como llegó al poder y como lo usó para construir un régimen autoritario.
Al poner a Bukele en su portada y presentarlo como strongman, TIME colgó su foto en la galería de los dictadores más detestables de nuestro tiempo. Felicidades.
Luego de leer en TIME el retrato de Bukele, le escribí a la autora Vera Bergengruen en Twitter/X: “Me gustó tu retrato de Bukele. El problema es que a él le gusta igual. A este tipo no le molesta que le digan autoritario. Para él es fuente de orgullo. Lo que le saca de onda es cuando le digan que es un mentiroso compulsivo y que lo que le mueve es un complejo de inferioridad. Y esto es mucho más difícil de revelar en un artículo.”
Este es el vacío que tiene la nota de TIME: No llega al fondo, trata de pintar un retrato balanceado y mostrar tanto los logros de su gobierno como el costo que tienen para la democracia. Pinta la imagen de un publicista que usa la propaganda para llegar al poder y luego para concentrar todo el poder en sus manos. Sin ir más al fondo de su egocentrismo, lo pinta como strongman.
A ustedes les encanta esta palabra, porque no entienden lo que significa. Esta palabra se usa para un líder o político que usa la violencia para imponer su voluntad. Al contrario, a Bukele le encanta esta etiqueta precisamente porque la entiende muy bien. El hecho de que le encante que le digan strongman habla mucho de su carácter. Ama la imagen del hombre todopoderoso. Es la faceta oscura de su carácter que también se revela en el tipo de audiovisuales que mandó a hacer en el CECOT y en el penal de Izalco. Imágenes grotescas de terror con rock. Obviamente saca satisfacción de la humillación extrema de sus adversarios. Así son los strongmen, los hombres rudos, los machos, sea en la política o en la mafia...
Así que ustedes, quienes adoran al presidente por estas “cualidades”, por ser como es, por hacer lo que hace y por la manera como lo hace, tal vez piensan que con alabarlo demuestran fuerza. Demuestran lo contrario. Son los debiluchos que admiran a los poderosos, a la autoridad. Aplauden a quien destruye a sus enemigos. Hasta que ustedes sean los aplastados.
Tal vez algún día despierten.
Saludos, Paolo Luers