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El Salvador va en camino a una población adulta mayor

La esperanza de vida ha aumentado en los últimos años debido a los avances científico-tecnológicos y la baja fecundidad, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Por Cristian Díaz | Ago 23, 2024- 22:19

Luz de María Santos Saldaña, de 76 años, relató que tuvo once hijos, dos de los cuales ya fallecieron. Los que han formado su familia han decidido tener entre dos y tres hijos. / Foto Por Cristian Díaz

El Salvador, como otros países, va en camino a tener una población principalmente en los rangos de la tercera y cuarta edad; es decir que una buena parte de sus habitantes superarán los sesenta años debido a los avances de desarrollo alcanzados en los últimos siglos, como la tecnología, el conocimiento e información para decir cuántos hijos tener y cuándo hacerlo.

Dicha situación se prevé que ocurra en el 2059 cuando la población de 60 años o más será el grupo etario más grande en la estructura poblacional. Aunque el proceso se podría acelerar por diferentes variaciones, como la fecundidad, la mortalidad y la migración (muchas personas en edad productiva se van a otros países).

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El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), establece que, a diferentes velocidades, los países se están encaminando a una etapa de desarrollo marcada por el envejecimiento poblacional y que El Salvador no es la excepción en dicho proceso.

En su Cuadernos sobre población 3, Transformar el futuro conociendo el presente, Situación de la población adulta mayor en El Salvador 2023, indica que las personas terminan viviendo cada vez más años; pero tienen una menor descendencia.

Es decir que ocurren dos variantes: hay una alza en la esperanza de vida al nacer y se registra un descenso en los niveles de fecundidad debido a que pierden la capacidad para rejuvenecer la estructura poblacional. La esperanza de vida al nacer en El Salvador subió 27.5 años durante la segunda mitad del siglo XX, al pasar de 42.4 años en 1959 a 69.9 en el 2000.

En contraste, la tasa global de fecundidad se redujo a más de la mitad entre 1950 y 2000, al pasar de 6.30 hijos por mujer a 3.14.

Luz de María Santos Saldaña, de 76 años, relató que tuvo once hijos, dos ya fallecieron. Los que han formado su familia han decidido tener entre dos y tres hijos.

Tiene veinte nietos y dos bisnietos. Analizó que una de las razones que conlleva a los jóvenes a no tener la misma cantidad de hijos, como en antaño, es la situación económica.

"Era más barato todo y alcanzaba el 'pisto' (dinero); hoy no alcanza, cincuenta pesos (dólares) que uno lleve a comprar, poquito trae", expresó Saldaña, quien se dedica a los cuidados del hogar en su humilde casa, ubicada en la colonia La Estrella, en Concepción de Ataco, Ahuachapán Centro.

Mientras que Otilia Zarpate, de 73 años, reside a unos metros del cementerio de dicho distrito. Aseguró que en los últimos días ha visto entierros principalmente de personas adultas mayores, por lo que las proyecciones le sorprenden.

Aunque analizó que si las personas llevan una vida saludable "vamos a durar bastante; pero si somos arrebatados, no vamos a llegar a esa edad". La droga, los cigarrillos y el alcohol, desgastan la vida, aseguró.

Otilia Zarpate, de 73 años, reside a unos metros del cementerio de Concepción de Ataco, en Ahuachapán Centro. Tomó con asombro las proyecciones porque señaló que ve pasar, principalmente, entierros de personas adultas mayores. Foto EDH/Cristian Díaz.

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Jóvenes no desean hijos

El Fondo de Población de las Naciones Unidas proyecta un crecimiento de 8.4 años sobre la esperanza de vida al nacer durante la primera mitad del siglo XXI, respecto a los 50 años anteriores; es decir que su población podría alcanzar los 78.3 años de edad para el 2050.

En la segunda mitad se prevé un incremento de siete años, alcanzando, en promedio, los 85.3 años en el 2100.

Mientras que el descenso de la tasa global de fecundidad en el siglo XXI se consolidará ya que para el próximo año se prevé que la cantidad promedio de hijos por mujer sea de 1.76 hijos. En el 2050 bajará a 1.67 y veinticinco años después a 1.65.

El Salvador tendrá, para el 2025, 0.8 millones de personas de 60 años o más, que representa el 12.3% de su población total. Doce de cada 100 personas será adulta mayor.

"Al 2100 se mantendrá por valores cercanos a una fecundidad muy baja o extremadamente baja (1.5 hijos por mujer)", consigna el documento.

Entre 1950 y 2022, la ampliación en la esperanza de vida al nacer únicamente se detuvieron por las alzas en los niveles de mortalidad reportados durante la conflictividad sociopolítica de la década de 1960, la guerra civil de la década de 1980 y la pandemia por el nuevo coronavirus.

El UNFPA señaló que una de las causas que generan el envejecimiento poblacional es el empoderamiento de las poblaciones en el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, especialmente en el terreno de la planificación familiar.

Además de que en comparación con sus predecesoras, las generaciones actuales tienen más tecnología, conocimiento e información para decir cuántos hijos tener y cuándo hacerlo.

Marielos y Claudia son hermanas que residen en el distrito de Ahuachapán y que coinciden con la idea de que convertirse en madres conlleva mucha responsabilidad; a lo que se suma el costo económico que representa la crianza de los hijos.

Sin embargo, Marielos, de 17 años, dejó abierta la posibilidad de convertirse en madre. Su hermana, de 12 años, respondió con un tajante no al realizarse la misma consulta.

Los bajos niveles de fecundidad que expone el UNFPA se reflejan en la familia de las dos adolescentes ahuachapanecas.

Su madre decidió tener únicamente dos hijos; pero la abuela de las menores tuvo ocho y la bisabuela, nueve.

El número de miembros de la familia extensa de las menores, que incluye a tíos, primos, sobrinos, y abuelos, entre otros, disminuyó en las últimas décadas.

Envejecimiento tardío

El peso de la población adulta mayor de 60 años o más oscilaba, en el 2022, entre el 43.7% en Mónaco y el 4.9% en Etiopía, según los estimados poblaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UNDESA, por sus siglas en inglés).

Entre dichos extremos se identifican seis grupos de países: los de un envejecimiento altamente tardío, tardío, intermedio tardío, intermedio avanzado, los de un envejecimiento avanzado y altamente avanzado.

El Salvador tiene un 11.6% de población adulta mayor, ubicándose en el grupo de países con un proceso de envejecimiento intermedio tardío.

Está en dicha categoría junto a países como Brasil, Panamá, México, Perú, Ecuador y República Dominicana, entre otros. Países como Costa Rica y Argentina tienen un nivel de envejecimiento avanzado; es decir que su población joven está disminuyendo.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas expone, en su Cuadernos sobre población 3, que ante el envejecimiento poblacional se debe fortalecer a las instituciones a fin de que sean más coherentes con los ritmos del cambio demográfico y más inclusivas para la variedad de generaciones.

Además que el envejecimiento poblacional se ha presentado como un proceso desfavorable para el desarrollo, una factura demográfica o una carga económica; pero es una etapa de desarrollo que puede aportar diversos beneficios a la sociedad que están relacionados con la garantía de distintos derechos, como salud, educación, cultura, empleo, protección social, inclusión financiera, cuidado, accesibilidad, vivienda y medio ambiente.

"Históricamente, la población de 60 años o más ha enfrentado diferentes desafíos de bienestar, como resultado de la acumulación generacional de diferentes formas de exclusión social en el campo de la educación, las tecnologías digitales, el empleo, la protección social, la salud, los cuidados, la vivienda, el hábitat y la prevención de la violencia", consignó el UNFPA.

La médico salubrista, Patricia Argueta de Cativo, señaló que, ante el envejecimiento poblacional, las personas deben de cuidarse para tener una mejor calidad de vida, que incluye varios factores, entre ellos, tener una alimentación saludable, una vida activa a través de los ejercicios, dormir adecuadamente ya que actualmente muchas personas tienen un desorden en dicha área, y alejarse de sustancias nocivas, como tabaco, alcohol y droga.

Lo anterior, con la finalidad de no ser una carga para otras personas o estar postradas en la cama de un hospital, dijo la galena, quien es parte del Colegio Médico.

"Los jóvenes ya no quieren tener hijos sino que una mascota, que también nos ayuda a tener una mejor calidad de vida, alejarnos del estrés. Acercarnos más a la naturaleza también es otro componente; el aspecto de salud mental y de las relaciones positivas, acercarnos más a relaciones que nos ayuden a crecer en la parte de salud mental", dijo la doctora de Cativo.

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