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“Tik Tok Brain”

Nuestra capacidad de atención sostenida ha sufrido en los últimos años una disminución considerable, principalmente en aquellas personas que han sido “seducidas” por la gratificación inmediata que algunos medios de comunicación -que priman el presente por encima del futuro- ofrecen a sus usuarios.

Por Carlos Mayora Re
Ingeniero @carlosmayorare

Uno está preparado para comenzar su mañana. Quizá se ha hecho un café y se ha sentado frente a la computadora con el mejor de los propósitos de empezar a trabajar. Sin embargo, los mensajes de Whatsapp, los correos particulares y nuestras interacciones en redes reclaman nuestra atención de manera perentoria… y, así, antes de empezar a leer los correos electrónicos del trabajo, antes de emprender el análisis o la planificación que tenemos que presentar en la próxima reunión, o hacernos cargo del trabajo que nos han asignado para el día, nos concedemos una “breve” pausa para revisar un video de Tik Tok, un reel de Instagram, Youtube, o simplemente las noticias.

Y… ya está: pasan diez, veinte, treinta minutos… una hora, mientras vemos uno y otro video, con el pulgar dejamos saltamos otros, nos reímos a carcajadas de la creatividad de algunos Tiktokers, damos “like” a los que nos han interesado/complacido, nos conmovemos con videos de mascotas, bebés o novios, los compartimos con nuestros contactos, y pensamos “uno más… pues al fin y al cabo cada uno dura menos de un minuto”.

¿Qué tienen estos cortos videos que captan nuestra atención de un modo poderoso? Tan profundo que les dedicamos un tiempo mucho más prolongado del que estaríamos dispuestos a reconocer, tan misterioso que a veces nos vemos incapaces de cerrar y dejar de lado el teléfono/computadora para, de veras, trabajar, para emprender y concluir lo que deberíamos estar haciendo.

Incluso, caber otra pregunta ¿cómo ha cambiado nuestra capacidad de procesar información? ¿No será que el “problema” no son los videos, sino nuestro cerebro?

Hoy día, la capacidad de atención, concentración y procesamiento de la información ha cambiado, con tendencia a la baja, principalmente entre los más jóvenes. Quienes nos dedicamos a la educación, podríamos dar abundantes testimonios al respecto… pero -disculpando la ironía- dudamos de que haya quienes tengan la suficiente capacidad de atención como para comprender lo que queremos comunicar.

Hay múltiples estudios que demuestran esto: nuestra capacidad de atención sostenida ha sufrido en los últimos años una disminución considerable, principalmente en aquellas personas que han sido “seducidas” por la gratificación inmediata que algunos medios de comunicación -que priman el presente por encima del futuro- ofrecen a sus usuarios.

¿Qué le pasa a nuestro cerebro cuando nos habituamos a no enfocarnos por períodos de tiempo prolongados… y, al contrario, le ofrecemos estímulos inmediatos con el mínimo de concentración? Simple y llanamente lo determinamos para un uso instantáneo, lo condicionamos a buscar satisfacción (dopamina…) inmediata e -lo que es más preocupante- ininterrumpida.

Otra interesante pregunta: ¿Tik Tok, la aplicación que proporciona al usuario videos cortos en una casi ininterrumpida sucesión de posibilidades, es la causa o la manifestación de la pérdida de la capacidad de concentración por largos períodos de tiempo, que hoy día padecen muchos y muchas?

La tentación de achacar toda la culpa a una plataforma informática es muy atractiva, pues exime al usuario de su responsabilidad personal. Sin embargo, como en todo lo humano, la respuesta no suele ser tan simple.

No hay que olvidar que Tik Tok es solo una plataforma que presenta contenido a los usuarios, y que -por lo mismo- no deberíamos abordar la problemática planteada solamente desde esa perspectiva. Pues, de hecho, sin realidad virtual, sin la mediación de la tecnología para captar el mundo “como es” Tik Tok no pasaría de ser una curiosidad…

La realidad virtual (más real para muchos que lo más real que se pudiera conocer) resulta a fin de cuentas la verdadera responsable de eso que se ha llamado “Tik Tok Brain”: una condición por la que se nos hace cada vez más difícil embarcarnos en actividades que requieren atención prolongada en el tiempo y satisfacciones que no sean inmediatas.

Ingeniero/@carlosmayorare

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