El sábado pasado Thea LaFond se convirtió en la primera persona de Dominica, una pequeña isla del Caribe, en ganar medalla olímpica, lo hizo al llevarse el oro en el salto triple, y se convirtió no sólo en figura de su nación, sino del atletismo y de lo que apasiona en general del deporte, que los imposibles se pueden cumplir.
Originaria de una isla con apenas 70 mil personas, de un lugar donde no hay pista para correr y practicar el deporte que la llevó al estrellato. Pero no todo ha sido fácil, se fue a vivir a Estados Unidos a los 5 años y, aunque ahí en teoría podría encontrar todo para entrenar, en realidad tampoco tenía a dónde realizarlo, por lo que, con ayuda del Comité Olímpico de su país, y de su esposo y entrenador, rentó un local en el que trazaron una pista improvisada que llenaron al final con arena que cargaron juntos para simular lo que enfrentaría.
Así se convirtió en la primera mujer de Dominica en un mundial bajo techo en marzo, y ganó oro, y así ganó también el oro en París.
La atleta dominiquesa Thea LaFond dio la sorpresa el sábado en los Juegos al ganar el oro olímpico en el triple salto con una marca de 15,02 metros.
La jamaicana Shanieka Ricketts, con un salto de 14,87 m, y la norteamericana Jasmine Moore (14,67 m) la acompañaron en el podio, al término de una cita de la que no participó por lesión la venezolana Yulimar Rojas, campeona de Tokio-2020.
La cubana Liadagmis Povea se quedó al filo del podio con 14,64 metros, tres centímetros por detrás de Moore. En quinta posición quedó la también cubana Leyanis Pérez (14,62 m) y en sexta la española Ana Peleteiro (14,59 m).
En su tercera participación en Juegos, donde su mejor resultado hasta ahora había sido la duodécima plaza en Tokio-2020, LaFond le dio además a la isla caribeña de Dominica la primera medalla olímpica de su historia.
De entre las finalistas, la atleta dominiquesa de 30 años vino con la mejor marca de la temporada (15,01), que le dio el oro en marzo en el Mundial de pista cubierta de Glasgow.
Leyanis Pérez arrancó con el mejor salto en el primer intento, 14,62 metros, seguida de Ricketts (14,61) y Peleteiro (14,55).
Pero en su segundo intento en el Estadio de Francia, LaFond fijó la barra más allá de los 15 metros, sin que ninguna de sus rivales se acercara en los saltos sucesivos.
"Esto supera mis sueños más locos", dijo la dominiquesa, eufórica. "La lluvia casi que me favoreció, porque empezó a caer cuando hice ese segundo salto. Gracias, Dios mío, por ayudarme".
Ricketts y Moore dieron sus mejores marcas también al segundo intento, que fueron para ambas sus mejores registros esta temporada. La de este sábado es la primera medalla olímpica para las dos.
- Un ritmo exigente -
LaFond, que desde los cinco años vive en Estados Unidos y posee también la nacionalidad de este país, cambió de técnica tras los Juegos de Rio-2016.
Allí conoció a Muhammad Halim, especialista de triple salto de Islas Vírgenes, quien le sugirió mejorar su forma de saltar y le presentó al entrenador Aaron Gadson.
Siguiendo los consejos de Gadson, con quien terminó casándose en 2022, Thea LaFond empezó a saltar arrancando con la pierna izquierda, y no con la derecha, como hacía desde su adolescencia.
Peleteiro, una de las favoritas tras su bronce en Tokio y su triunfo en los europeos del pasado junio con una marca de 14,85 metros, estuvo lejos de sus mejores registros, al igual que las cubanas Povea (14,73 metros esta temporada) y Pérez (14,96).
La competición de triple salto tuvo una curiosidad en esta edición parisina, y es que no hubo el habitual día de descanso entre las eliminatorias y la final, y la grata sorpresa de LaFond, quien dijo que donará una pista a la tierra que la vio nacer.
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