La Casa Blanca advirtió este jueves de que cualquier "represión política" y acto de "violencia" en las elecciones de Venezuela este domingo será "inaceptable", y expresó su deseo de que los resultados de los comicios "reflejen la voluntad y las aspiraciones del pueblo venezolano para un futuro más democrático, estable y próspero".
"Unas breves palabras sobre Venezuela: apoyamos las elecciones pacíficas que esperamos que se celebren el domingo, elecciones que esperamos que reflejen la voluntad y las aspiraciones del pueblo venezolano para un futuro más democrático, estable y próspero", declaró en una rueda de prensa John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, encargado de Exteriores.
"Cualquier represión política y violencia es inaceptable. Y, por supuesto, independientemente de quién gane, animamos a ambos candidatos a que se comprometan con los resultados de manera pacífica y a trabajar juntos por el bien de todos los venezolanos", añadió.
"La razón por la que lo he mencionado esto es para dejarle claro al señor Maduro que estamos atentos. Estamos observando esto de cerca. Las elecciones deben ser libres y justas, sin represión, sin intimidación a los votantes, y de nuevo, independientemente de quién gane, nuestra expectativa es que el ganador continúe velando por las instituciones democráticas", afirmó.
Nicolás Maduro ha recibido en vísperas de las elecciones de este domingo una serie de advertencias de destacados gobernantes de izquierda latinomericanos, como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro y el chileno Gabriel Boric, además de la hondureña Xiomara Castro, en tanto que el boliviano Luis Arce se ha mostrado más tibio, y el cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega le han mostrado su pleno respaldo.
Maduro, por su parte, describió estas elecciones como un momento decisivo para Venezuela, en el que se escogerá entre la "guerra o paz, democracia o fascismo". Durante su campaña, enfatizó que el futuro del país para los próximos 50 años depende de estos comicios.
"El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo", proclamó el líder chavista el pasado 17 de julio durante un acto electoral en Caracas.
Sin embargo, el presidente venezolano recibió críticas de diversos sectores de la izquierda latinoamericana que reflejan una preocupación compartida por sobre la dirección y las políticas implementadas por su Gobierno.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su preocupación. "Los procesos democráticos requieren que quienes pierden las elecciones acepten los resultados pacíficamente", declaró e insistió en la necesidad de observadores internacionales para garantizar la transparencia del proceso electoral.
"Me asustaron las declaraciones de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre -dijo-; quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre", afirmó Lula, quien añadió que "Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas".
En tanto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, criticó la inhabilitación de María Corina Machado como candidata a la presidencia de Venezuela, una medida que calificó como un "golpe antidemocrático".
Petro expresó su preocupación por la afectación de los derechos políticos, haciendo un paralelismo con su propia experiencia de inhabilitación cuando era alcalde de Bogotá, y advirtió de que las sanciones administrativas, como la aplicada a Machado, son una violación de los derechos políticos y enfatizó la importancia de proteger estos derechos en toda su plenitud, tanto en Venezuela como en Colombia.
"El derecho a elegir no es solo individual. Es de la sociedad y hoy esta discusión se evidencia muy bien en los hechos de Venezuela a la señora María Corina (Machado) y otros previamente: se les inhabilitó para participar de campañas electorales por autoridades administrativas", manifestó.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, respaldó las declaraciones de Lula: "No se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre. Lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos y esos baños de votos representan la soberanía popular, que debe ser respetada", enfatizó.
La Administración de Boric también expresó preocupaciones sobre las condiciones para elecciones libres y justas en Venezuela. El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, afirmó que actualmente no se cumplen las condiciones para una elección libre, destacando la importancia de los principios democráticos y los derechos humanos en los procesos electorales.
Van Klaveren enfatizó la necesidad de que la comunidad internacional facilite condiciones democráticas en Venezuela.
Por su parte, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, manifestó su apoyo a las elecciones presidenciales en Venezuela enviando una misión de observadores para asegurar que el proceso sea "libre, justo, independiente y transparente".