"El periodismo no es un delito. Seguiremos defendiendo firmemente la libertad de prensa en Rusia y en todo el mundo y nos opondremos a todos aquellos que buscan atacar a la prensa o atacar a los periodistas", declaró el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, al condenar la sentencia de 16 años de prisión que Rusia le impuso al periodista estadounidense Evan Gershkovich.
Este último fue acusado de “espionaje” por supuestamente recabar información secreta sobre la industria militar de este país.
Gershkovich, que fue detenido en marzo de 2023 en Yekaterimburgo, capital de los Urales, es el primer reportero estadounidense procesado por espionaje en Rusia desde la Guerra Fría.
Biden quiso dejar claro en el comunicado que Gershkovich fue condenado “a pesar de no haber cometido ningún delito” y que se había convertido en un “objetivo del Gobierno ruso” por ser periodista y estadounidense.
"Evan fue a Rusia para hacer su trabajo como reportero, arriesgando su seguridad para arrojar luz sobre la verdad sobre la brutal agresión de Rusia contra Ucrania”, destacó el líder de la Casa Blanca en un comunicado.
Biden prometió seguir trabajando por la liberación de Gershkovich, “Estamos trabajando intensamente por la liberación de Evan y continuaremos haciéndolo”, aseguró en un comunicado.
Además, Biden aseguró que su “prioridad más alta” desde que puso un pie en la Casa Blanca ha sido la de “buscar la liberación y el retorno seguro de Evan, Paul Whelan y todos los estadounidenses detenidos y retenidos injustamente en el extranjero”.
"Simulacro"
El encarcelamiento del periodista estadounidense en marzo de 2023 suscitó una importante ola de solidaridad entre los medios internacionales y la indignación de las cancillerías occidentales.
El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó el viernes de “despreciable” la condena del reportero, mientras que la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, consideró que era “parte de la propaganda de guerra de (Vladimir) Putin”.
La presidenta del Parlamento Europeo Roberta Metsola, denunció por su parte un “simulacro de juicio”, calificándolo como “la antítesis de la justicia”.
En el exilio, la opositora rusa Yulia Navalnaya criticó en la red X un veredicto “injusto”.
La audiencia de este viernes fue la tercera desde que el 26 de junio comenzó el juicio en su contra.
La segunda sesión, prevista inicialmente en agosto, se avanzó al jueves a petición de la defensa.
Normalmente, los procesos por acusaciones similares en Rusia se alargan varias semanas o incluso meses.
Posible canje
Rusia admitió que negocia la liberación de Gershkovich y su presidente, Vladimir Putin, evocó incluso el caso de Vadim Krasikov, encarcelado en Alemania por un asesinato encargado por los servicios especiales rusos.
El reportero, hijo de inmigrantes que huyeron de la Unión Soviética hacia Estados Unidos, se instaló en Rusia en 2017.
A finales de junio, la Casa Blanca denunció que el juicio era una “farsa” e insistió en que el reportero “nunca había trabajado para el gobierno” estadounidense.
Poco después, un panel de expertos de Naciones Unidas declaró que su detención era arbitraria y solicitó su liberación sin demora.
En la primera jornada del proceso, el 26 de junio, el periodista apareció con la cabeza rapada y sonriente en la cabina de cristal reservada a los acusados.
Aunque no pudo hacer declaraciones, se dirigió con señales a las personas que conocía dentro de la sala.
Por ahora, solo puede comunicarse con su familia y allegados a través de cartas leídas y censuradas por la administración penitenciaria. En ellas dice que se mantiene con buen ánimo y se resigna a una condena.