Ya en el pasado he recomendado a @NicolasMaduro y @ConCiliaFlores que se empapen en los errores y consecuencias de una pareja tan vil y detestada como ellos: Nicolae Ceaușescu y su mujer Elena, opresores impenitentes del pueblo rumano de 1967 al día de Navidad de 1989.
Los dos rumanos, al enviar a ‘sus’ tropas a atacar al pueblo en las calles el día 17 de diciembre de 1989 nunca imaginaron que para el día 25 del mismo mes serían ellos los que estarían del otro lado de los fusiles AK 47 de quienes fueron sus ‘leales’ militares.
Nicolás y Cilia, no tengo la más mínima duda de que ustedes dos están plenamente conscientes de los infinitos crímenes que han cometido y de sus lógicas consecuencias. Imagino también el miedo, o quizás pánico, que eso les genera. En vísperas del 28 de julio no la tienen fácil por culpa de ustedes mismos. Pero reflexionen y no comentan el último y fatal error cuyas consecuencias serían irreversibles. Entiendan que llegaron al final de una larga, criminal y ruin huida hacia adelante. Les duró mucho la faena, y demasiado la impunidad. Pero todo yugo, toda imposición, tiene desenlace y ustedes pueden determinar si su paradero es un banquillo y un castigo más que merecido, o algo mucho más cruento y lapidario. Reflexionen.
Han jugado como han querido con la vida de los venezolanos, han destruido a millones de familias y a infinidad de sustentos, emprendimientos, sueños y futuros. Llegó la hora de la reflexión profunda. No permitan que el bravo pueblo de Venezuela se vuelva realmente bravo y terminen ustedes como aquellos rumanos que se sintieron todopoderosos e inmortales. Ustedes, como lo fueron ellos, son ante todo, y por méritos propios, despreciables y despreciados. Reflexionen.
Nicolás y Cilia, pongan fin a su reino de terror, dejen a Venezuela en paz y tomen el camino que le conviene al país, y que también les conviene más a ustedes. No pidan ni esperen clemencia si no están dispuestos a decir, ‘hasta aquí llegamos y entendemos las consecuencias de lo que hemos hecho’. Dejen de apuntar los fusiles de la Republica a las cabezas y corazones de un pueblo noble al que humillaron y hambrearon y cuya furia contenida puede fácilmente desatarse y poner fin propicio a Tiranía, tiranos y tiranillos.
Nicolás y Cilia, los próximos son días de reflexión. Reflexionen. Aprendan la lección de Nicolae y Elena, dos rumanos engreídos que no midieron bien las consecuencias de sus actos, que se volvieron ciegos, sordos y finalmente, polvo mudo.
Nicolás y Cilia, este sería buen fin de semana para ver este cortometraje sobre el juicio y ejecución del Dictador Nicolás Ceaucescu y su esposa Elena. Hicieron a Rumania y a los Rumanos lo que Uds. han hecho a Venezuela y a los Venezolanos.
Aquí la película que espero hayan visto, aunque dudo que lo hayan hecho: rtve.es/v/325908 via @rtve. Véanla este fin de semana a modo de repaso y escarmiento. Ahórrenos y ahórrense más sufrimiento.