“Como en el vuelo de las aves migratorias, también hay otros viajeros que parten y no siempre regresan en el siguiente deshielo” –dijo Azores el tratante de ilegales. “Mi trabajo será llevarlos hasta puerto seguro, según el destino que lleven. En el largo viaje muchos se transformarán con el tiempo -sin advertirlo siquiera- en cernícalos humanos. Por ello deben aprender a ‘cerner’ que es levitar y suspenderse en el viento y quizá en el tiempo –agregó”. Señor del vuelo, los espacios abiertos y las cumbres, el cernícalo o halcón, es de las únicas aves que pueden literalmente quedar suspendidas en el aire -en vuelo estacionario- mientras caza. Queda inmóvil -a una altura de 10 y 20 metros sobre el terreno- mientras avista alguna presa, para luego lanzarse en picada sobre ella. A este vuelo suspendido se le llama “cerner.” Algo poco conocido sino por ornitólogos y maestros del arte de la cetrería (arte de cazar con halcones). De donde seguramente proviene su nombre genérico. La cetrería moderna es legado del antiguo deporte y oficio “De Arte Venandi cum avibus” (El arte de cazar con aves). Cuando -en el afán de vivir y de conquista- el ave de presa se vuelve uno solo con el cetrero o el emigrante. De esos tantos que partirán en la estación sin saber acaso si han de volver mañana. (XXI) De “Falcón Peregrini” Leyendas del mar. ©C.B.
“De arte venandi cum avibus”
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