Una gran cantidad de cangrejos, conocidos popularmente como punches, han tenido que salir de sus madrigueras debido al incremento de las lluvias y se han refugiado en las raíces de los manglares ubicados en el cantón Barra de Santiago, en el distrito de Ahuachapán Sur, provocando que sean arrastrados por las corrientes de agua.
Esto ha generado, además, que muchos punches están siendo capturados por personas ya que son ubicados con facilidad a la orilla del estero.
Algunos lo están haciendo para su alimentación.
La Comisión Comunal de Protección Civil del cantón Barra de Santiago, en el distrito de Jujutla, Ahuachapán Sur, advirtió, el viernes, de posibles sanciones de parte de las autoridades correspondientes, debido a la gran cantidad de cangrejos que están siendo extraídos.
La situación se debe a que muchas personas están extrayendo los crustáceos pequeños y las hembras, que en algunos casos tienen huevos.
Mientras que la Asociación La Chacara informó que desde el lunes 17 de junio están trabajando para preservar la especie, recolectando la mayor cantidad posible para ser devueltos a su hábitat natural.
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“Así evitar la muerte masiva de estos por el agua dulce”, indicó la asociación.
Agregó que “volviéndolos al bosque de manglar ellos tienen dónde resguardarse, subiendo a los árboles de bosque salado. Con esto contribuimos a resguardar y proteger este valioso recurso”.
La recolección de los punches se ha realizado a lo largo de la semana.
Residentes de la playa El Flor, en e l cantón Miravalle, en Sonsonate Centro, también reportaron que una gran cantidad de cangrejos han salido de su hábitat.
No es la primera ocasión que en la zona de Barra de Santiago ocurre una situación similar ante una tormenta.
En junio de 2020, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn) informó que
más de 51 mil punches fueron rescatados por sus guardarrecursos y habitantes de las comunidades en Barra de Santiago, tras el paso de las tormentas Amanda y Cristóbal.
“Preocupados por la conservación de este recurso, nuestro equipo de guardarrecursos y habitantes de la zona iniciaron el traslado de los miles de crustáceos a zonas seguras del manglar. El tiempo era vital para este recurso tan valioso dentro de este Sitio de Importancia Internacional Ramsar, por lo que no se escatimaron esfuerzos en su rescate”, informó la dependencia gubernamental en ese entonces.
El técnico de la Asociación Comunal de Mujeres de la Barra de Santiago (AMBAS), Eder Caceros, explicó el jueves que en tiempos normales hay una variación entre la marea alta y baja, afectando el estero.
Durante las mareas bajas las cuevas de cangrejo son oxigenadas, salen a alimentarse y mejoran sus madrigueras. En la marea alta, el cangrejo vuelve a refugiarse en dichos sitios.
Sin embargo, con la situación climática que atraviesa el país, donde hay alta concentración principalmente de agua dulce, las cuevas son inundadas, obligando al cangrejo a salir de ellas para resguardarse.
Esto provoca que salgan a las orillas donde las personas fácilmente los agarran.
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Caceros señaló que, aproximadamente, en el 2010, las personas aprovechaban dichas oportunidades, conocidas como pintas, para capturar a los cangrejos, sin importar su tamaño y si eran hembras.
Por ello, Medio Ambiente elaboró el denominado Planes Locales de Aprovechamiento Sostenible (PLAS), donde están involucradas 180 personas distribuidas en siete grupos en todo el bosque del manglar.
Ellos están dedicados a proteger el recurso, dando vigilancia durante las llamadas pintas para resguardar al cangrejo y llevarlo a su hábitat natural para darle estabilidad a la especie.
Anteriormente estaban mermando debido a la explotación.
“Este tipo de fenómenos, así como nos trae afectación a nosotros, los seres humanos, también a la biodiversidad; lo mismo sucede en el caso del punche porque tiene que salir de sus cuevas, de donde están seguros, para poder ir a refugiarse a otra parte debido principalmente a las inundaciones constantes que hay”, dijo el técnico de AMBAS.