Una de las problemáticas ambientales de mayor impacto en la actualidad es la concentración de dióxido de carbono, según la Organización Meteorológica Mundial el dióxido de carbono (CO2), es el más abundante de los gases de efecto invernadero, lo que, sin lugar a dudas, tiene repercusiones de gran trascendencia para las generaciones actuales y futuras.
Por tanto, las actividades logísticas se han convertido en una importante causa de deterioro ambiental y de emisión de dióxido de carbono, porque el correcto funcionamiento de la cadena de suministro requiere de sistemas de transporte para movilizar las materias primas o el producto finalizado hacia diferentes lugares.
Una de las principales fuentes de dióxido de carbono es la combustión de combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) para generar energía y con fines de transporte. De hecho, el transporte de carga emite alrededor del 22% de este gas de efecto invernadero.
Hacernos la pregunta de ser sostenible surge como respuesta a esta preocupación, que cada día es más creciente, de proteger al medio ambiente, buscando integrar o retribuir la emisión de contaminantes y desechos que afecten la degradación del ambiente.
Entonces, ¿es posible un transporte logístico pensar en sostenibilidad? Sí, lo es, lo que cuesta es la decisión, pero al tomarla, les garantizo que los resultados serán gratificantes, porque no solo impactan el medio ambiente sino la sociedad en general.
Adoptar prácticas de transporte logístico que quiera ser sostenible es una parte fundamental de la responsabilidad social corporativa. Contribuye positivamente a la sociedad al reducir la contaminación y promover un futuro más sostenible, lo cual es crucial para la reputación y la ética empresarial.
El transporte logístico que trabaja bajo la visión sostenible no solo tiene un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también ofrece beneficios económicos. La eficiencia mejorada puede llevar a una reducción de costos operativos, mientras que el cumplimiento de normativas ambientales y la adopción de prácticas sostenibles pueden mejorar la imagen de marca y la relación con los clientes y stakeholders, quienes cada vez más valoran y exigen responsabilidad ambiental en sus cadenas de suministro.
Las empresas de transporte logístico que adoptan y promueven estas prácticas, no solo están contribuyendo a un entorno más saludable, sino que también están marcando el camino hacia una industria logística más sostenible y resiliente.
La tendencia mundial a cuidar los aspectos relacionados con los stakeholders de cada actividad nos hizo pensar en una frase que escuchamos cuando inauguramos la empresa International Transport Logistics (ITL): “Construyamos una empresa que dé valor”, con un enfoque social, nada enfrentado con la actividad de negocios, sino más bien complementario.
Mi interés no es hablarle de lo que hacemos, pero siendo una empresa que cree en El Salvador, y uno de los que impactan la contaminación con nuestro negocio de International Transport Logistics (ITL) nos subimos al proyecto ISKALI para la preservación del Volcán de San Salvador, y hace unos días nos unimos a FUNDEMAS, con el objetivo de hacer más por nuestro país.
Personalmente, comparto totalmente esta línea de pensamiento y acción, que contribuye al bienestar de todos, y que también cumple con un rol integrador del personal de la empresa en actividades de bien común, como voluntariados, mentoring, e identificación continua de nuevos proyectos que mejoren El Salvador.
En resumen, el transporte sostenible en logística es una pieza clave en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental, representando un compromiso con un futuro más limpio y responsable.
Gerente General de International Transport Logistics (ITL)