La reciente cancelación del partido político Nuestro Tiempo, que tuvo solo cinco años de vida legal, por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) generó en sus líderes la necesidad de replantearse su participación en la vida política salvadoreña y emprender la transición hacia un movimiento político.
Andy Failer, quien fungió en este periodo como presidente y representante legal de Nuestro Tiempo, habló con El Diario de Hoy sobre las lecciones aprendidas en el pasado periodo electoral, el cual dejó a dicho instituto sin suficientes votos para mantener el curul en la Asamblea Legislativa y sin obtener un asiento en las nuevas municipalidades.
Incluso, los votos no cumplieron el mínimo establecido en la Ley de Partidos Políticos para garantizar su existencia.
No obstante, no descarta que el nuevo movimiento opte, en un futuro, a convertirse en una opción política electoral. Mientras tanto, esperan lograr acercamientos con movimientos y organizaciones sociales para la promoción de temas importantes para el desarrollo salvadoreño.
En esta nueva etapa que va a tener Nuestro Tiempo, ¿cuál piensan que será el rumbo que va a tomar Nuestro Tiempo después de esta decisión del Tribunal Supremo Electoral?
Partamos de un hecho, Nuestro Tiempo básicamente ha dejado de existir. En ese sentido y tomando en cuenta el contexto actual, un contexto en el que hay poca incidencia en los espacios de toma de decisión, hay poca incidencia y lo único que puede haber son voces.
Pero de momento eso no es suficiente. Y quizá una de las principales lecciones aprendidas, al menos de parte de quienes integramos Nuestro Tiempo, fue que hace falta una sociedad civil un poco más robusta, un poco más organizada y sobre todo que pueda conectar y movilizar a un sector joven de la sociedad.
Tomando en cuenta los dos resultados electorales en los que nosotros competimos, que fue en 2021 y 2024, ya tenemos un nicho urbano, ubicado en San Salvador y La Libertad.
Probablemente en esa urbanidad haya un sector joven, estudiantes universitarios, lo vemos cualitativamente reflejado en las redes sociales, en el apoyo que hubo en esta campaña, voluntariado para el escrutinio final; tomando eso como punto de partida, pues hemos decidido reagruparnos en la construcción de un movimiento político.
DE INTERÉS: Secretario Jurídico de Bukele y magistrados del TSE entre aspirantes a la CSJ
Nos reagruparemos en una nueva marca política y estamos en ese proceso. La construcción de la marca, en el ideario de este movimiento político; pero lo que sí tenemos claro es el punto de partida: Queremos aglutinarnos en ese nicho que ya tenemos, que es un nicho urbano, probablemente haya bastantes jóvenes y que se dé un sentido de pertenencia para aquellas personas que empiecen a integrarse a este movimiento político.
Si hay una población que ya se identifica con ese nombre de Nuestro Tiempo, ¿estarían abandonando ese nombre?
Otra lección aprendida en este proceso es que la gente más allá de marcas o de nombres de institutos políticos con lo que se sienten más identificados son con los liderazgos. Entonces, sí, yo creo que estaríamos dispuestos a reagruparnos bajo una nueva marca política, pero lo importante es qué hacemos con los liderazgos políticos que ya participamos, los liderazgos políticos que tuvimos una voz importante en estos últimos meses de campaña electoral, precampaña. Pero sobre todo en este contexto tan autoritario en el que estamos viviendo ahora en el que esas voces son muy importantes.
Y hoy, creo yo, en un clima donde la ciudadanía en general tiene miedo de expresarse esas voces son importantes. Creo que estamos en un punto donde importan más las voces, los liderazgos definidos que las marcas políticas per se.
Nuestro Tiempo tuvo un apoyo del Movimiento SUMAR, que se dio durante esta pasada campaña política, ¿han hablado con ellos para ver si continuaría o Nuestro Tiempo reforzaría a SUMAR o sería algo diferente?
Lo hemos discutido al interior de nuestro equipo. Sin duda alguna creemos que SUMAR debería tener algún rol en esta nueva etapa en la que vamos a transitar a ser un movimiento político. Todavía no hemos tenido suficientes acercamientos con SUMAR. Entiendo que ellos están en un momento de reflexión, de discusión interna y habrá que ver qué es lo que ellos deciden con su movimiento, con su marca política.
Pero sin duda alguna, lo que le puedo decir es que nosotros, en este movimiento político, ahora que vamos a hacer esa transición, ya no solo se trata de quienes estuvieron en Nuestro Tiempo, y no hablo solo de los liderazgos y de los militantes, sino que ahora queremos ampliar el esfuerzo incluyendo a otros sectores de la sociedad. Puede ser el movimiento SUMAR, puede tener un rol importante, pero también otros sectores que ya están organizados o que tienen algunas luchas activas en este momento; sindicatos, organizaciones medioambientales, etcétera.
De toda esta gama de realidades que hay en el país, ¿cuáles serían esas apuestas más específicas en este nuevo movimiento?
Yo creo que nos podemos enfocar en tres cosas: primero, en juventudes; segundo, en medio ambiente y, tercero, en economía.
Estamos atravesando un problema económico bastante grande en el país y creo que si algo distinguió a quienes estuvimos en Nuestro Tiempo es la capacidad y la formación profesional que tenemos y creo que esas habilidades, esos atributos los podemos poner a disposición para poder consolidar propuestas, que se entiendan como políticas públicas. Que si bien es cierto que el oficialismo no quiere escuchar, pero es importante colocar propuestas sobre la mesa en este momento.
Segundo, creo que es importante resaltar cuál será el valor agregado al movimiento político que nosotros queremos fundar.
Y es que la gran diferencia es que nosotros ya tenemos experiencia de política partidaria y la política partidaria es la única que tiene la posibilidad de competir por la vía electoral para disputar espacios de poder. Y, aunque vamos a transitar a un movimiento político, no descartamos en ningún momento la participación electoral. Eso más adelante.
Creo yo que el mensaje que daríamos a las organizaciones que ya están activas en este momento a pie de lucha, en la calle, es que cuenten con nosotros como un aliado, para que cuando llegue el momento de organizarnos y participar en la vía electoral lo podamos hacer en conjunto.
Este movimiento político que fundemos pueda que transite más adelante en un nuevo partido político o pueda que transite a construir alianzas políticas electorales con institutos políticos que ya están acreditados. O incluso pueda que sea solo un recipiente para poder potenciar candidaturas independientes.
¿Estaría descartado volver a registrar Nuestro Tiempo como partido político?
Volver a registrar la marca Nuestro Tiempo como partido político, hoy por hoy, está descartado. Pero no está descartado que volvamos a registrar una nueva marca política.
Lamentablemente, formamos el instituto político, digo lamentablemente porque lo formamos para reoxigenar el sistema de partidos políticos; pero al mismo tiempo que nosotros decidimos dar ese paso había otro proyecto político que tenía como objetivo destruir el sistema de partidos políticos.
Y creo que ese proyecto fue el que terminó opacando la competencia que llevaba Nuestro Tiempo.
Pero creo que jugamos un rol trascendental en los últimos cinco años en posicionar ideas diferentes, en hacerle saber a la ciudadanía que hay personas dispuestas a participar en política que no necesariamente están vinculadas a la idea de la política tradicional del pasado; pero que en este último contexto fuimos claros, contundentes, que no estamos dispuestos a comprometer nuestros principios para empeñar la democracia en este país.
Tenemos una realidad política, un presidente se reeligió y hay una super mayoría en la Asamblea Legislativa, ¿cuál tendría que ser la dirección en la política para un contraste?
Es un enorme reto. Lo digo de esta forma, a pesar de que ya estamos viviendo en una dictadura, el fenómeno de la dictadura salvadoreña es un fenómeno popular, no solo en este país, sino en Latinoamérica.
Hay dos ejes, y uno de estos ejes ya lo hemos empezado a trabajar, que es con una agenda internacional. Hacia afuera hay que hacerles saber que lo que está pasando aquí en El Salvador es completamente empaquetable y exportable. Y eso es una advertencia para todos nuestros hermanos latinoamericanos.
Creo que la política está transicionando, no aquí en El Salvador, sino fuera, a figuras caudillistas, autoritarias que bajo ese modelo pretenden ser eficaces, lo demuestran en algunas áreas. Pero los costos para cada nación son sumamente altos, como es el caso de El Salvador que básicamente hemos quedado sin institucionalidad, sin democracia.
DE INTERÉS: Christian Guevara dice que exigirán personas técnicas para integrar el TSE
Y aquí entra el segundo eje, que es el más complicado, cómo se le hace ver a la ciudadanía el valor que tiene la institucionalidad, el valor que tiene la democracia cuando por años vivieron con una pistola en la cabeza y han decidido empeñar la democracia y el marco institucional para quitarse esa pistola de la cabeza.
Ese es el mayor reto que puede tener no solo nuestro movimiento político, sino todos los que en este momento estamos resistiendo para defender la República de El Salvador.
Creo que hay un margen de oportunidad pensado en el tema económico, el oficialismo ha demostrado ser muy poco eficiente en materia económica y creo yo que ha llegado el momento de dejar de reaccionar ante temas que la ciudadanía ha adoptado, le ha aplaudido al oficialismo, y es mejor proponer frente a lo que el oficialismo no puede solventar.
En este análisis de lecciones aprendidas, ¿cuáles consideraron fueron el error que tuvo Nuestro Tiempo y que no logró atraer a más personas que les apoyaran?
Es importante reconocer que hay errores, que hay áreas de mejora. Quizá, haciendo una mea culpa, el principal tema de reflexión interna nuestra es qué hacemos para poder conectar con la ciudadanía fuera de las zonas urbanas de este país. Creo yo que es el principal reto y es algo que tenemos que aprender a trabajar ahora que vamos a transicionar hacia un movimiento político.
Pero, por otra parte, es importante también reconocer que no había un manual para enfrentar a un fenómeno autoritario como este. Que a pesar que esta fue una campaña en la que tuvimos solo el 5% de presupuesto comparado a lo que tuvimos en 2021, a pesar de que se ocuparon recursos del Estado para favorecer al oficialismo, a pesar de que cambiaron las reglas electorales a pesar de que era ilegal faltando menos de un año para las elecciones, Nuestro Tiempo contuvo el margen de votos que tuvimos en 2021.
Si las reglas del juego no hubiesen cambiado tuviésemos representación en la Asamblea Legislativa. Hubo toda una artimaña, y aquí no estoy mencionando el fraude estructural que hubo el 4 de febrero, hubo toda una artimaña para poder desplazar a algunos partidos de oposición.
Nuestro Tiempo tiene una gran aceptación en los sectores urbanos, que es donde se consume más redes sociales, noticias tradicionales y demás, ese ruido que puede ocasionar Nuestro Tiempo en ese sector creo yo que incomodó bastante al oficialismo y la tarea de ellos fue, básicamente, aniquilarnos.
En este nuevo panorama que analizan, si presentarían propuestas a la Asamblea, ¿buscarían el apoyo de Vamos?
Sí, definitivamente. Creo que con eso hay que decir dos cosas: Primero, en estos tiempos son importantes para demostrar a la ciudadanía que no estamos cerrados al diálogo, que no estamos cerrados a trabajar con personas que están en otras esferas de la política, que no estamos cerrados a que barreras ideológicas nos nublen de un objetivo más grande. Esa madurez política hay que demostrarla.
Y en segundo, creo que es importante reconocer el trabajo de la diputada (Claudia) Ortiz, creo que es una voz importante en el espectro de la oposición y creo que su escaño es muy valioso dentro de la Asamblea Legislativa.
Con lo que nosotros vayamos a hacer en el movimiento político, por supuesto que estamos dispuestos a trabajar en conjunto con otras personas y estaríamos dispuestos en buscar la mano, tenderle la mano a la diputada Ortiz, viceversa, y trabajar en conjunto.
¿Sería el mismo caso para la fracción de ARENA?
Yo creo que sí. Es importante poder trabajar con todos los sectores políticos. Pero acá haré una aclaración, creo que también cuando se trata de trabajar en conjunto en un solo bloque desde la oposición es importante tener claridad de cada uno de los proyectos políticos.
Nuestra tarea será esa, demostrarle a los partidos de oposición o a las organizaciones de sociedad civil cuál va a ser la claridad en nuestro movimiento político. Y creo que el partido ARENA necesita mostrar mayor claridad de cuál es su rol en este momento.