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Nuestra Historia

Se menciona frecuentemente una frase que particularmente me llama la atención del general Hernández Martínez: “No creo en la Historia porque esta es escrita por los hombres”. ¿Quién soy para debatir lo que alguien diga? Pero para eso la historia tiene muchas vertientes, y entre más leamos historia y contada leída y conocida por más autores, podemos tener un mejor criterio de esta es una época

Por Ricardo Lara
Médico

Debemos ser conocedores de nuestra historia. El Salvador es inmensamente rico en historia. Podemos incluir desde nuestra Independencia hasta la gastronomía vernácula. Pero parece que poco a poco soltamos nuestra historia o dejamos de escribir en el cuaderno nacional las páginas que un día debemos enseñar a nuestras futuras generaciones. Un país que no revisa su historia está condenado a repetir los errores que llevaron a dar malos pasos a nuestra nación.

 Podemos estudiar nuestra Independencia y revisar ese pasado, los tiempos cambian; sin embargo, no hay nación ni ser humano perfecto y podemos conocer que de una u otra forma se hace y se trabaja lo mejor que se pueda.

Es interesante que jóvenes conozcan nuestra historia o al menos como la leyeron o se las contaron. Me ha sorprendido que jóvenes menores de 20 años sepan sobre la guerra de los años 80, sobre el levantamiento campesino en 1932. No se puede ni se deben ocultar realidades y que bien se siente que los responsables de asumir el legado que dejaremos, sepan nuestra historia, por más dolorosa que sea. Y qué decir de que, así como hay páginas escritas con sangre, también hay doradas páginas donde relucimos una gastronomía espectacular, ese mercadito nocturno de Nahuizalco es algo único; será una recomendación que el Ministerio de Cultura se dé a la tarea de escribir con puño y letra cada receta de las delicias culinarias que se disfrutan, para que ese maravilloso legado no muera, que siga ardiendo el fogón de esa historia tan propia.

 Qué decir de nuestros escritores y poetas, tener talentos como Alfredo Espino, Claudia Lars, el legado de Roque Dalton y otros es para sentir un gran orgullo de ser salvadoreño y nuevamente, a modo de sugerencia, es un imperativo retomar “las Casas de la Cultura” para que cada municipio, cada distrito, recoja toda la información que corresponde a tal lugar, mantener vivas las tradiciones de cada pueblo para que el país tenga una identidad propia, tan propia como pocos países. Hablar de nuestra historia es no olvidar la guerra de los años 80, que la literatura destaca como un triste episodio fratricida, donde esa sangre no debe ser olvidada, es nuestra historia, nos guste o no.

Durante esos doce años, dicen las crónicas, “la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) se enfrentó a las fuerzas insurgentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). A continuación, se lee un resumen de los acontecimientos clave: Causas: las causas de la guerra en El Salvador incluyeron la desigualdad social y económica, la falta de democracia, la represión política y la influencia de la Guerra Fría. Contexto histórico: El conflicto tuvo sus raíces en la historia política y social de El Salvador, desde la independencia de Centroamérica hasta la época de la República Cafetalera y los gobiernos militares”.

Viene la importancia de admirar “el Centro Histórico”, lugar anegado de arte, desde la Catedral, el Palacio Nacional, esa linda arquitectura que impresiona a propios y a extraños, esos lugares escondidos esa arquitectura con influencia árabe, europea que no puede pasar inadvertida, conocer la historia del Centro Histórico es imperativo, para muy pocos es del saber que nuestro centro histórico es el único de Centroamérica que tiene dos plazas y en pocas manzanas de diferencia más de cinco iglesias que lastimosamente la única colonial se incendió no hace muchos años, la de San Esteban. ¿Por qué no mencionar ese nuevo jardín que le da un nuevo rostro a ese espacio tan mencionado como es el Centro Histórico? Y jamás olvidar la parte arqueológica que se esconde bajo esa tierra, para que en años o décadas sea desenterrada semejante historia que nos hará viajar a un pasado totalmente desconocido.

 Lugares como La Bermuda, Tazumal y otros son atractivos históricos que embelesan al turista tanto nacional como extranjero. Ahora que en el país se respira un ambiente de seguridad, es el turismo un rubro que toma un auge impresionante y un país debe dar a conocer su historia, no quedarnos con nuestras bellísimas playas, sino rescatar todo aquello que nos resulte parte de nuestra historia.

Se menciona frecuentemente una frase que particularmente me llama la atención del general Hernández Martínez: “No creo en la Historia porque esta es escrita por los hombres”. ¿Quién soy para debatir lo que alguien diga? Pero para eso la historia tiene muchas vertientes, y entre más leamos historia y contada leída y conocida por más autores, podemos tener un mejor criterio de esta es una época en que se debe retomar la historia y la antropología, nuestras raíces.

Médico.

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